Ya han pasado un par de meses desde que Stephen Amell tomó su propio Twitter para anunciar algo que, en lo personal, me dejó con una sensación de vacío: Arrow terminaría luego de 10 episodios en su recién anunciada octava temporada. Durante este tiempo, no he podido volver a ver la serie de la misma forma, sino que he tratando de descubrir, disfrutar y ver cada escena y cada personaje como si fuera la última vez que los veré. Ha sido un viaje largo, y tras ocho años de acompañar al equipo Arrow, el ataque de nostalgia es grande, sobre todo esta noche, cuando se estrena la última temporada.
«Mi nombre es Oliver Queen»
Muchos años antes de que Arrow se estrenara, existió una serie que intentó (realmente intentó) construir un universo televisivo de DC. Smallville nos acompañó durante una década en la que pudimos ver los pasos que dio el joven Clark Kent en su camino para volverse Superman. Oficialmente, nunca lo vimos tomando totalmente el manto del Hombre de Acero, pero fue un viaje que mucha gente sintió que fue demasiado largo hasta esa escena final, aunque, personalmente, pienso que fue justo como debía.
Arrow tomó un camino completamente diferente (teniendo en cuenta que Oliver Queen no tiene ni la mitad de los poderes de Clark), y aún así logró establecerse y alcanzar lo que su antecesor no pudo: Fundar un universo televisivo de DC, que los fanáticos bautizaron como Arrowverse, precisamente en su honor.
Hay que admitir que el riesgo que tomó The CW al elegir a Oliver Queen como el protagonista de una serie fue grande. Green Arrow no es (¿era?) tan famoso como Superman, Batman o Wonder Woman, así que el riesgo de que fuera un fracaso siempre estuvo sobre el proyecto. Sin embargo, Mark Guggenheim y Greg Berlanti lograron darle una vuelta inesperada y agregaron un elemento que, en lo personal, logró que la serie durara al menos cinco temporadas: Los cinco años que Oliver pasó desaparecido luego del accidente del Queen’s Gambit.
«Después de cinco años en el infierno, volví con una misión: Salvar a mi ciudad»
La primera temporada nos golpeó a todos en la cara como estaba planeado, mostrándonos en el piloto a un joven ricachón que siempre tuvo todo lo que quisiera, un joven que no había tenido que trabajar ni un solo día de su vida y que tenía la familia «perfecta». Como buen muchacho con cuna de oro, Oliver era descuidado, prepotente y mujeriego, hasta que una tragedia lo llevó por un camino muy diferente.
Lo que tendría que haber sido un viaje de negocios junto a su padre, terminó con nuestro protagonista sobreviviendo durante un periodo de 5 años de su vida tras el cual se volvió The Hood, el vigilante con una lista y una misión: Limpiar Star(ling) City del mal que se la estaba comiendo desde adentro. Sin embargo, así como todos los que recibieron la noticia del regreso del hijo de los Queen, los fanáticos nos preguntábamos, ¿cómo es que Oliver Queen ahora era una máquina asesina? Esos cinco años en el infierno parece que lo cambiaron en más de una forma.
«Pero para lograrlo, tengo que ser algo más. Tengo que volverme alguien más»
A lo largo de las pasadas siete temporadas, hemos visto cómo Oliver Queen pasó de ser un vigilante con una capucha y una lista de asesinatos, a ser un vigilante al margen de la ley con el propósito de ayudar a la ciudad donde la Policía no podía llegar, para luego ser el símbolo de la esperanza en una ciudad corroída hasta su médula.
Oliver ha pasado por mucho, durante todo este tiempo ha crecido y lo hemos visto adaptándose a todo lo que el destino le ha tirado en su camino. No obstante, el Oliver de la primera temporada no tendría ni la más mínima oportunidad contra el Oliver de la séptima temporada.
Su recorrido para volverse el héroe que necesita Star City ha sido largo, se ha encontrado con cientos de piedras en su camino, e incluso tuvo que asumir y conseguir la forma de separar a Oliver Queen, quién volvió de la muerte, de su misión, hasta el punto en que llegó a perder totalmente su esencia como Oliver para solo ser Arrow. Sin embargo, siempre contó con el apoyo de algunas personas que decidieron unirse a su cruzada para no dejarlo que se saliera del camino correcto.
«Ahora que otros se han unido a mi cruzada…»
Como todo héroe con una misión, el camino de Oliver lo hizo encontrarse con otras personas que buscaban un propósito, personas que creyeron en su misión y decidieron apoyarlo. Personas como Felicity Smoak, John Diggle, Sara Lance, Laurel Lance, Dinah Drake, René Ramírez, Curtis Holt, Barry Allen, Kara Danvers, John Constantine y Nyssa Al Ghul, sólo por nombrar algunos.
Y es que Arrow y su protagonista sirvieron de base para construir un universo completo: el Arrowverse. Esta serie vio el debut de Barry Allen y The Flash, lo que abrió la puerta al Multiverso de DC que permitió a Supergirl conseguir un lugar donde seguir su historia. El show también vio el nacimiento de ATOM, el de Canary y dos Black Canary, y las apariciones de Mr. Terrific, Wild Dog y otros personajes de DC Comics. Muchos héroes han nacido dentro de las siete temporadas de la serie, y otros tantos sin hogar se unieron a un sitio donde podían formar parte del mismo, como es el caso de Constantine. El aporte que ha realizado Arrow perdurará por mucho tiempo en el universo que ayudó a crear.
Hay que decirlo, Arrow en su principio, comenzó como una adaptación libre (muy libre) de la historia de Oliver Queen en los comics. Muchas personas han dicho que es el Batman del Arrowverse y con toda la razón. Sin embargo, el universo que ha creado el show junto a sus personajes principales –Oliver, Thea, Felicity, John, Dinah, Laurel, Sara, Quentin, René, Curtis, Lyla, Roy, Nyssa, ahora Emiko y muchos más– ha dejado una marca. Muchos ya no están entre los personajes recurrentes de la serie, pero cada uno de ellos será recordado.
Y si bien las últimas temporadas han intentado volver al cauce de los cómics del Arquero Esmeralda, hay que admitirlo: Arrow está muy bien como ha sido creada, es un homenaje al personaje y, con sus carencias y fortalezas, dejará una huella en todos lo que la hemos visto.
«Y ahora soy Green Arrow»
Debo admitir que me cuento entre las personas que, en un principio, no confiaba en que Arrow pasaría de la segunda temporada. Sin embargo, no me arrepiento de haber iniciado la historia en el momento en que lo hice y no puedo dejar de agradecer a las personas que me convencieron de hacerlo. Arrow ha sido, a pesar de todos sus altos y bajos, una historia digna de contar y de seguir semana a semana a través de la pantalla. Y, a pesar de que me aterra no saber si el tiempo que le queda será suficiente para cerrar todo, estoy feliz de que pueda terminar bajo sus propios términos.
Con el estreno de la octava temporada, solo queda entonces esperar ver qué vendrá en el futuro del Arrowverse luego de que su fundadora ya no esté entre nosotros y todos seamos testigos de lo que traiga la Crisis en Tierras Infinitas.
Su nombre es Oliver Queen, por ocho años ya ha luchado con solo una meta: Salvar Star(ling) City. No siempre tuvo los métodos correctos para hacerlo, pero no se puede negar que lo ha hecho lo mejor que ha podido. Para lograrlo, ha tenido que convertirse en alguien más y ser algo más. No ha estado solo en su camino, muchas personas lo han acompañado en su cruzada, y al final todo se resume a algo: Ha llegado el final de su historia.
Él es Green Arrow y podríamos ver su última aparición en el Arrowverse en Crisis de Tierras Infinitas, el venidero crossover del multiverso que ayudó a crear, en el que todo cambiará: una era terminará y dará paso a una nueva y no nos queda más que aceptarlo.
Solo esperemos que él no termine fallándole a la ciudad.
