Star Wars: El Ascenso de Skywalker es el final de la que probablemente sea la saga cinematográfica más grande y popular de la historia. Nueve películas después, veríamos finalmente el cierre de la historia que empezó en 1977, producto de la imaginación de George Lucas. Y es que desde el estreno de Una Nueva Esperanza, Star Wars se ganó su lugar de honor en la cultura pop y cuenta fácilmente con millones de fanáticos en todo el mundo, millones de fanáticos que se sienten parte de esta galaxia muy, muy lejana… y por supuesto, es imposible complacer a decenas de millones de seres humanos, algo que es más que obvio en este Episodio IX.

Hay dos formas de ver esta película, en solitario y como parte de una narrativa precedida por diez entregas anteriores (porque las historias de Rogue OneSolo también se interconectan con la saga de los Skywalker). No obstante, es muy difícil analizarla en solitario, pues Star Wars siempre se ha sentido como parte de un universo más grande y dejar esto de lado sería un irrespeto a estos 42 años de historias. Pero vamos a intentar ser objetivos y no hacer demasiadas comparaciones entre El Ascenso de SkywalkerLos Últimos Jedi.

Sin duda, el mayor problema del Episodio IX, tal como mencionamos anteriormente, es que busca complacer a la mayor porción posible de su audiencia, y para ello la historia se va por lo seguro, con más que ecos a entregas anteriores -sobre todo a El Retorno del Jedi. El guión no toma grandes riesgos, y quizá lo más radical que hace es ignorar cosas establecidas anteriormente, sólo porque no fueron recibidas muy bien por una pequeña pero ruidosa porción de los fanáticos. Esto nos deja con una trama predecible de a ratos y que en verdad no otorga grandes sorpresas.

Además, hay varios argumentos que son resaltados por los mismos personajes pero que no se resuelven. O en el caso de una escena particular, son introducidos sin mayor explicación, dejando a la audiencia confusa. Sí, es difícil incorporar todo lo que queremos en un guión y eventualmente algunos hilos quedarán sueltos, pero idealmente debería tratarse de puntos menores.

Rey, Finn y Poe siguen llevando la trama de esta entrega, y a pesar de ciertas revelaciones sobre el pasado de este trío, finalmente podemos verlos interactuar juntos, algo que no había ocurrido antes en esta trilogía. Una vez más, Oscar Isaac y John Boyega hicieron todo lo posible con sus actuaciones por inferir que la relación entre Poe y Finn es más que una simple amistad, y una vez más esto es ignorado, dándonos en cambio un momento de representación LGBT que no se siente orgánico ni en verdad representativo.

Los nuevos personajes ayudan a mover la trama adelante, sin robarle nunca protagonismo al trío principal o a Kylo Ren, aunque curiosamente están todos conectados al pasado de esta trilogía. Hablando del pasado, tenemos la participación de Carrie Fisher y Billy Dee Williams como Leia y Lando, quienes nos otorgan un bonito momento de nostalgia, y los cameos de otras tantas figuras de la historia de Star Wars, tanto live-action como animada, Lamentablemente, otros personajes de la trilogía actual, como Rose, se ven relegados al fondo o son despachados rápidamente, y no se les da la oportunidad de ser relevantes a la trama una vez más.

Los efectos especiales, por supuesto, están a la altura, y en algunas escenas podemos apreciar el siempre bienvenido uso de efectos prácticos. En particular destaca el esfuerzo por incorporar a Leia dentro de la historia, usando material previamente grabado para El Despertar de la Fuerza, ajustando las tomas y la cámara para que pareciera algo natural. No obstante, el CGI con los rostros de ciertos personajes sigue dando un poco de grima.

Nuevamente, la música estuvo a cargo de John Williams, quien sabe conducir una banda sonora de esta saga como nadie e incorporó temas y motivos viejos a las nuevas canciones (¡y tiene un cameo en la película!). Respecto a las nuevas canciones, hay una compuesta por Lin-Manuel Miranda para la obligatoria escena de cantina, tal como ocurrió en El Despertar de la Fuerza.

Respecto a la dirección, J.J. Abrams sabe hacer su trabajo. Ya lo demostró en el Episodio VII y por algo Lucasfilm lo buscó tras la salida de Colin Trevorrow de esta película. Sin embargo, Abrams no tomó grandes riesgos y a pesar de todos los lugares que visitamos en la cinta, no hay una escena que podamos considerar espectacular visualmente y que resalte entre todas las demás.

Así mismo, las decisiones creativas tomadas por Abrams y Chris Terrio en el guión, si bien han sido bien recibidas por una parte de los fanáticos, han resultado decepcionantes para otros tantos. Nuevamente, no se puede complacer a todos, aunque en este caso pareciera que sólo se buscó complacer a muy pocos.

De cualquier manera, El Ascenso de Skywalker también cuenta con momentos graciosos, momentos muy, muy emocionales, y muchísimos easter eggs y referencias a las películas anteriores de la saga, no siendo el menor de ellos la última toma de la cinta. Y así, la historia de los Skywalker (de momento) ha concluido.

Se trata de una buena película de Star Wars, pero sin duda el final de una saga que representa tanto para tanta gente merecía más.

Dicho todo esto, ModoGeeks le da a Star Wars: El Ascenso de Skywalker 7.5/10 Babu Friks.