Rápido y Furioso es una franquicia que cuenta ya con 8 películas en su haber y que este año lanza su primer spin-off con Rápidos y Furiosos: Hobbs & Shaw. ¿Puede una película de esta franquicia triunfar sin el Toretto de Vin Diesel? Veamos.

Rápidos y Furiosos: Hobbs & Shaw nos presenta a Luke Hobbs (Dwayne Johnson) y Deckard Shaw (Jason Statham), quienes se ven obligados a trabajar en conjunto para salvar la vida de Hattie Shaw (Vanessa Kirby) y evitar la propagación de un virus letal capaz de erradicar a la mitad de la población humana. Quien quiere apoderarse de este virus es Brixton Lore (Idris Elba), un súper mercenario mejorado con tecnología que trabaja para una organización que busca la supremacía evolutiva humana a través del genocidio.

Aunque hablamos de una premisa típica de las más recientes películas de Rápido y Furioso, Hobbs & Shaw enfoca casi el 100% del tiempo en la disfuncional relación entre Deck y Luke. Johnson y Statham tienen una química increíble que se veía venir desde su primer encuentro en Rápido y Furioso 6, siendo dos de los antagonistas más letales de Toretto y la Familia hasta el momento. Sin embargo, el trabajo de Vanessa Kirby como el equilibrio entre estas dos fuerzas de choque es lo que hace que la película no sea solo una constante pelea entre ellos y que poco a poco se den cuenta del increíble equipo que hacen cuando dejan sus diferencias de lado.

Quien sin duda destaca en la cinta es el Brixton de Idris Elba, un mercenario implacable y genéticamente mejorado capaz de derribar a La Roca de un solo golpe, hazaña que solo alguien con el nivel actoral de Elba nos puede vender. Además, ya sea derribando kaijus en el Pacífico o manejando una motocicleta inteligente por las calles de Londres, el actor lleva una muy buena carga emocional al personaje, cuyo pasado oscuro está relacionado al de Deckard y es su principal móvil en la película… con puntos muy válidos para un villano.

El soundtrack de la película es una de las mejores herramientas que usa el director David Leitch para mostrar la dualidad de los personajes. Por un lado, tenemos al rudo y pasional Hobbs, que se ve rematado con rock y música samoana que hacen a la audiencia querer saltar de su asiento y romper cosas. Por otro lado, tenemos al refinado y eficaz Shaw con música instrumental y de fuertes agudos que acompañan sus muy bien coreografiadas escenas de combate, en las que demuestra que no hace falta mucho músculo para hacer el trabajo.

Así mismo, las escenas de acción de la película están muy bien coreografíadas y los efectos especiales en explosiones, piruetas y persecuciones están muy bien ejecutados, demostrándonos una vez más que Seven Bucks Productions se convierte poco a poco en una de las mejores productoras de acción del momento. Además, ¿quién no disfrutaría una pelea entre Doomguy, el Transportador y Stacker Pentecost?

En general, Hobbs & Shaw es una película que dejó de tomarse en serio a sí misma y puso a tres de los más grandes actores del género de acción a perseguirse entre ellos usando tecnología, coches y armas fuera de este mundo. Y precisamente como no se toma en serio a sí misma, cumple cada minuto con su misión de entretener a la audiencia.

A Rápidos y Furiosos: Hobbs & Shaw le damos 9/10 virus letales.