La era de los X-Men con FOX ha llegado a su fin. Luego de la compra de este estudio por parte de Walt Disney, la saga cinematográfica de los mutantes creada en el año 2000 fue destinada a morir, haciendo que Dark Phoenix sea la última película con los personajes que conocimos y llevamos viendo desde First Class (o X-Men, si hablamos estrictamente, pero ésta es una línea temporal bastante confusa).

Por supuesto, tratándose de la última entrega, cabría esperar que tuviéramos una despedida digna, ¿no es cierto? Sobre todo al tener en cuenta que la historia de Dark Phoenix es una de las sagas más pesadas y oscuras de estos héroes en los comics, convirtiéndola en una referencia dentro de la historia de los mutantes.

Pues… no.

X-Men: Dark Phoenix sigue la historia del grupo de héroes de Charles Xavier, cuyos miembros más jóvenes tuvieron su primera misión durante los sucesos de Apocalipsis. Han pasado diez años desde entonces, y ahora los X-Men son héroes profesionales, han realizado trabajos y dejado el nombre de la raza mutante en alto; ya no son temidos, sino que son admirados y aplaudidos por todos. Pero durante una misión, Jean Grey adquiere un poder que es incluso más grande que ella, y no lo puede controlar, un poder que alguien más está buscando, y será tarea de los X-Men recuperar a Jean antes que ella caiga en menos de esta otra perona, aunque incluso muchos de sus miembros piensan que ya no se puede corregir todo el daño causado.

Hay que admitir que la película tiene una historia consistente de principio a fin, algo que no podemos decir de The Last Stand, la primera versión de esta historia en la franquicia. Sin embargo, una trama de esta envergadura necesita algo más que coherencia.

Entre otras cosas, el ritmo de la película es muy, muy lento. Al comenzar es entretenido, poniéndonos al día con lo que el Profesor X ha creado y cómo están los niños, pero cuando Jean adquiere el fénix –que es bastante pronto– su ritmo baja y se vuelve lenta. No solo eso, sino que la energía de los actores tampoco no se percibe: James McAvoy y Michael Fassbender, como siempre, hacen un trabajo excelente interpretando al Profesor X y a Magneto, incluso haciéndonos cuestionar la moralidad que maneja Charles, un tema que se ha visto mucho en los cómics y nos ha llevado a dudar sobre el personaje, haciéndonos preguntarnos si en verdad Charles es tan bueno como llevábamos viendo, y si había algo más que Erik había visto en él y por lo que se había alejado.

Sin embargo, el resto del elenco no se percibe así. Las actuaciones son apagadas, lúgubres, y esa falta de energía se transmite al público. El ambiente se vuelve aburrido cuando la atención no está en Magneto y el Profesor X. Desde Mystique (Jennifer Lawrence) hasta Cyclops (Tye Sheridan), se podía percibir que algunos de ellos preferían estar en otro lugar, e incluso Quicksilver (Evan Peters), un personaje que siempre ha sido animado y lleno de energía, se ve como un fantasma de sí mismo.

Y quizás esto recae mucho más en Sophie Turner, quien interpreta a Jean Grey, pues a pesar que hacer una buena actuación con lo que tiene para trabajar –porque, siendo sinceros, sus diálogos no fueron tan buenos–, todavía se siente como si estuviera fuera del agua con este personaje. Desde Apocalipsis se sentía que su Jean Grey no formaba parte de ese mundo, como si únicamente hubiera sido elegida para ser parte del elenco debido a su interpretación como la pelirroja Sansa Stark en Game of Thrones, y esto aún se puede ver en esta película, lo que es un gran, gran problema cuando este personaje es el tema central de la película.

El problema no radica en que sea un mal casting, pues Sophie Turner es una actriz excelente y lo ha demostrado en sus otras apariciones, y tampoco se trata de un fallo exclusivo de Dark Phoenix, ya que estos problemas de personaje también se han visto en otras películas de la franquicia, incluso en el Universo Cinematográfico de Marvel. El problema en realidad está en que trabajaron esta trama de forma demasiado apresurada, sin darnos el tiempo de acostumbrarnos a ver a esta actriz como el personaje y desarrollar un vínculo afectivo con esta versión de Jean.

Así como lo fue Apocalipsis, la saga de Dark Phoenix representa uno de los mayores problemas para los X-Men en los comics, aunque esto no es debido a que la amenaza sea demasiado grande para ellos y no sean capaces de controlarla, sino a que se trata de un personaje querido y que se había estado viendo desde hacía años que ahora está en peligro. La saga nació cuando ya los lectores estaban encariñados con los X-Men, y esta amenaza se hacía personal para ellos porque muchos se cuestionaban si debían o no acabar con Jean Grey, su amiga y compañera por mucho tiempo. Había una conexión con esa historia, y es difícil mantener una conexión con esta versión si a los personajes apenas los conocimos la película anterior, ¡y ni siquiera eran el eje central!

No obstante, los defectos de Dark Phoenix no terminan allí. La película no mantiene una continuidad con las entregas anteriores: desde los tráilers estábamos viendo que Jean Grey obtiene el poder del Fénix en esta película, cuando en Apocalipsis ese poder fue el motivo por el que ganaron en primer lugar. También los personajes cambian, algo que podemos ver en Raven tratando a los chicos como bebés y molestándose con Charles por llevarlos a misiones cuando en la anterior era ella quien los sacaba a luchar, y su personaje ni siquiera se ve igual a como acostumbraba. También en Erik, quien sigue con su mismo drama, sin decidirse si ser un villano o un héroe, e incluso el personaje de Nightcrawler es masacrado en esta película, cuando es totalmente secundario.

Por otra parte, los villanos dejan mucho qué desear. Tenemos al grupo de alienígenas liderado por el personaje de Jessica Chastain, Magneto, y el Fénix, y ninguno representa una amenaza real, por lo que los conflictos se resuelven demasiado rápido. Ni siquiera la batalla final no se siente como una batalla, porque no se ve como una.

Qué decir sobre la línea del tiempo. La película toma lugar en 1992. Erik debería tener, mínimo, sesenta años de edad si era un niño durante la Segunda Guerra Mundial, y en ocho años debería lucir como lo vimos por primera vez en X-Men. Pero Michael Fassbender luce sólo un poco mayot a como se veía en First Class, y lo mismo ocurre con el resto de los personajes, a pesar de que se supone que ha pasado al menos una década desde Apocalipsis.

Y, sí, otra vez la mitad de las líneas de Scott fueron gritar «¡JEAN!«.

Dark Phoenix no es mala, pero es una decepción. Luego de una franquicia que tuvo un comienzo genial con X-Men y ha tenido momentos gloriosos (X2, First Class, Días del Futuro Pasado, Logan), duele mucho ver que terminara así, con más pena que gloria y un final honestamente decepcionante. Los X-Men de FOX no van a resurgir de las cenizas, y a este punto es mejor que se quede así.

ModoGeeks le otorga a X-Men: Dark Phoenix 4/10 fénixes.