Muchos de nosotros esperábamos Cementerio Maldito, un remake de Cementerio de Mascotas de 1989. Ambas películas están basadas en el aclamado libro de Stephen King, “Cementerio de Animales”, de 1983. y King, famoso escritor de terror, es conocido por ser muy descriptivo en sus historias, haciendo que te sientas como un personaje más incluso aunque no interactúes con los otros personajes. ¿Logra la película el mismo sentimiento? A mi parecer, no. Veamos por qué:

En Cementerio Maldito tenemos a una típica familia americana: papá, mamá y dos hijos junto a su adorada mascota, un gato llamado Church. Los padres se quieren alejar de la agitada vida de ciudad y deciden mudarse a una pequeña casa en el pueblo de Ludlow, Maine, que queda a unos kilómetros del aterradoramente conocido pueblo de Derry (escenario de It). La mascota familiar muere a los pocos días, atropellada por un camión y, casualmente, existe un cementerio de mascotas dentro de la propiedad familiar donde todos los niños del pueblo entierran a sus animales más queridos. De algún modo el gato vuelve y es aquí donde las cosas comienzan a ponerse raras para esta familia, dando origen a una nueva trama que se distancia de sus antecesoras.

Esta película es muy diferente a la que vimos en el 89, pues se le agregan giros predecibles y se conserva apenas un poco de la esencia clásica del libro, siendo prácticamente una película dirigida al público amante de los jumpscares más que al del terror psicológico. El desarrollo de personajes no está bien logrado, como por ejemplo en el caso de la madre, Rachel Creed (Amy Seimetz), de quien sólo sabemos que sufrió un trauma de niña que aún la persigue. El padre, Louis Creed (Jason Clarke) es un médico de urgencias que deja su empleo para trabajar en un colegio, mientras que os niños, Ellie y Gage (Jeté Laurence y los gemelos Hugo y Lucas Lavoie, respectivamente) son solamente niños normales, sin un trasfondo que los haga resaltar. Son una familia que genera poca empatía entre ellos, y no transmiten ninguna clase de sentimiento ante lo que viven en la casa.

Con respecto al soundtrack, la música te vende los jumpscares antes de que pasen así que de alguna manera ya sabes que vienen. La única canción que llama la atención es la versión de «Pet Sematary» de los Ramones por la banda Starcrawler, que se escucha al principio de la película cuando llegan a la casa, ya que te hace entrar en ambiente, aunque después se pierde entre sonidos naturales. Por otra parte, los efectos visuales no son tan llamativos, pero se elogia una escena en las pesadillas de Rachel donde se ve a sí misma como su hermana ya fallecida, que cuenta con un excelente maquillaje.

A esta película se le pudo sacar más provecho, pues es realmente la falta de desarrollo y vínculo con los personajes lo que la frena de ser una mejor historia de terrory hace que no parezca realmente algo basado en una obra de Stephen King.

ModoGeeks le da a Cementerio Maldito 5/10 gatos muertos.