Cómo fanático de la lucha libre profesional desde hace casi 14 años, fue un placer para mí escuchar en su momento que WWE Entertainment preparaba una película biográfica de una de mis Divas favorita, la campeona Paige. El ser invitado al estreno también fue una experiencia en sí misma, y al salir de la sala entendí que la película había entregado todo lo que prometía: una historia conmovedora y real, buenas movidas de lucha libre y un excelente cameo de La Roca.

Luchando con mi Familia nos cuenta la historia de Saraya Knight (Florence Pugh) y cómo su vida se ve conectada con la lucha libre desde los 13 años. Hija de luchadores profesionales y hermana de dos fanáticos, Saraya hace de suplente en un combate preparado por su familia bajo el nombre Brittani y es allí cuando se enamora del modo en que el público grita su nombre. A partir de aquí se decide a convertirse en la mejor luchadora que pueda ser, un camino compartido por su hermano Zak (Jack Lowden), hasta que llega el gran día y ambos hacen pruebas para entrar al tan aclamado circuito de la WWE. Saraya, ahora bajo el nombre Paige, es escogida para viajar a Estados Unidos, pero su hermano no. Es aquí cuando comienza el verdadero camino para Paige, quien deberá demostrarse a sí misma por qué está allí y cuánto puede dar por cumplir su sueño.

El reparto es simplemente brillante. Lena Headey (Game of Thrones) interpreta a Julia «Sweet Saraya» Knight, madre de Paige y ex-drogadicta recuperada gracias a la lucha libre; Nick Frost (Into the Badlands) es Patrick «Rowdy Ricky» Knight, a quien el deporte saco de una vida de crímenes, mientras que Vince Vaughn es Hutch Morgan, reclutador de la WWE y principal mentor de Paige. Headey y Frost tienen una excelente química y pueden llevar a sus personajes a hacernos entender lo importante de la lucha libre para ellos, aunque quienes realmente brillan juntos son Pugh y Lowden. Sus interacciones como hermanos en la historia son increíbles y las escenas más cargadas de emotividad se venden muy bien gracias a ambos.

A nivel de guión, la película está hecha principalmente como una comedia, pero el humor es inteligente y los juegos de palabras son buenos. Las situaciones resultan muy humanas, cosas que a cualquiera podrían pasarle pero que precisamente por su sencillez, funcionan. La música es animada en general y se acopla muy bien a los acontecimientos, con muchos guiños a canciones usadas por luchadores reales de la WWE metidos por aquí y por allá. El trabajo de Dwayne Johnson, aunque muy breve, es brillante y se entiende por qué su aparición en la vida de Paige es tan importante.

En general, la cinta se siente bien y no tiene puntos bajos y flojos. Los fanáticos de la lucha libre amaran las referencias y descubrirán muchas cosas que desconocían, mientras que los no conocedores se encontrarán con un drama familiar cargado de emociones y quizás entiendan que el verdadero atractivo de la lucha libre está en los atletas.

A Luchando con mi Familia le damos 10/10 Campeonatos de la WWE.