Cuando Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos salió, nos pareció un soplo de aire fresco, una nueva ventana al mundo mágico al que no habíamos podido regresar por años, por lo que cuando nos enteramos que se trataba del inicio de una saga de cinco películas, no podíamos estar más felices. Así, dos años más tarde, llegamos a Animales Fantásticos: Los Crímenes de Grindelwald, y las expectativas… bueno, decir que no fueron cumplidas es quedarnos cortos.

Antes de entrar en detalles, quisiera aclarar que esto se trata de una opinión personal que intenta ser tan objetiva como el tema lo permite. No pretendo abarcar demasiado todos los errores y discrepancias que esta historia tiene con el canon establecido en los libros de Harry Potter (eso lo dejamos para otro artículo)ni tampoco pretendo decirle a aquellos que sí disfrutaron en la película que están en un error ni aceptar que me digan que soy menos fanática por no haber disfrutado algo que surgió de la pluma de J.K. Rowling. De hecho, si en verdad amas algo, debes ser capaz de ver sus defectos y criticarlos, esperando que mejoren…

Hecha la aclaratoria, vamos al tema.

Animales Fantásticos: Los Crímenes de Grindelwald nos regresa al mundo mágico seis meses después de los eventos de la primera película y nos muestra el progresivo ascenso de Gellert Grindelwald como mago tenebroso y una amenaza tanto al mundo mágico como al muggle. Sin embargo, nuestro héroe no es un super auror ni un niño elegido, sino un simple magizóologo -que claramente entra dentro del espectro autista-: Newt Scamander, un antiguo Hufflepuff que es más feliz entre sus criaturas que desenvolviéndose entre los seres humanos. Y de hecho Newt (y la interpretación de Eddie Redmayne) fue de mis cosas favoritas en la cinta, pues podemos leer claramente las emociones en su rostro en los momentos en que la cámara lo enfoca y resulta muy sencillo empatizar con él y entender la relación con su hermano Theseus, quien se incorpora a la historia, junto a Leta Lestrange y el regreso de Jacob, Queenie y Tina, aunque eso no significa que el cuarteto maravilla de la primera película esté de vuelta en acción.

Las criaturas en esta ocasión toman un papel secundario (más como terciario, o cuaternario, la verdad) y a excepción del siempre útil escarbato y la conveniente aparición del zouwu, todo el trabajo del equipo de diseño con estas criaturas mágicas únicamente sirve para una escena sin mayor relevancia dentro de la trama (una pérdida, porque el kelpie fue hermoso). Así que francamente, la película pudo llamarse simplemente «Los Crímenes de Grindelwald», sin tener que incluir la parte de «Animales Fantásticos».

Igualmente, si bien la cinematografía, el diseño de producción y el diseño de vestuario (que ya lleva un Oscar a cuestas) estuvieron a la altura, el filme cuenta con fallas de edición. Hay saltos de escena que no pueden ser justificados ni con la magia y, por lo tanto, generan confusión en el espectador, que de por sí ya está teniendo problemas intentando seguir la trama, y es precisamente esto último lo que menos favores le hace a la cinta.

Ésta es la segunda de cinco películas (cinco, recordemos, CINCO), por lo que es completamente normal que se introduzcan nuevos elementos y nuevos personajes que se irán desarrollando durante el resto de la saga. El problema está en que en Los Crímenes de Grindelwald se introduce una gran cantidad de subtramas que o no llegan a ninguna parte o cuyo desenlace no resulta satisfactorio ni resuelve algún punto argumental. La historia se siente forzada y apresurada (como la segunda parte del libro de Las Reliquias de la Muerte), se nos da información que a decir verdad no sirve para nada y hay muchos detalles que se escapan a cualquiera que no sea un fanático acérrimo de la franquicia. Además, buena parte de la historia nos la cuentan, en vez de mostrarla a través de las acciones de los personajes, como debería ser, y el impacto se pierde eventualmente.

Siguiendo con las acciones de los personajes, más de uno de hecho está completamente fuera de personaje, ignorando todo el desarrollo que tuvieron en la primera película y simplemente siguiendo el camino que el guión requería que tomaran para juzgar las próximas entregas de la saga. Así mismo, el mayor crimen de Grindelwald es que es aburrido. Teniendo como punto de comparación lo que Colin Farrell hizo con el personaje, es inevitable sentir la interpretación de Johnny Depp blanda y sin algo que la haga destacar; se trata del carismático líder de un grupo mágico fascista en la Europa del periodo interbélico, que sin embargo transmite un discurso sin ningún entusiasmo y con el que debemos creer que convenció incluso a los que no eran sus seguidores.

Hablando de los seguidores de Grindelwald, Vinda Rosier se siente como una fotocopia de lo que fue Bellatrix Lestrange para Voldemort, y de hecho éste no es el único paralelo entre ambas historias. El escape de Grindelwald del MACUSA es una copia textual del escape de un cierto mortífago, y hay una diferencia entre hacer referencias o tener una historia circular y simplemente copiar y reciclar argumentos que ya utilizaste antes. Esto, además, vuelve al guión aburrido y poco sorprendente, y de hecho la única sorpresa de la película se siente como un argumento pensado a último segundo para justificar el resto de la saga.

Respecto a las referencias, originalmente pudimos pensar que la aparición de Nagini sería un problema. ¿La verdad? Nagini es el menor de todos los problemas, y podría ser borrada de la cinta y eso no afectaría en nada el desarrollo de la historia de la película. Rowling forza situaciones y semejanzas en un intento de hacer un guiño a los fanáticos, pero lo que logra es complicar aun más la trama y generar paradojas temporales dentro del canon establecido, confundiendo precisamente a los fanáticos. Y los que no son fanáticos, o simplemente son fanáticos casuales, se pierden entre este mar de easter eggs que no parece tener demasiado sentido.

De tratarse de la entrega intermedia de una trilogía, sería más comprensible que se introdujeran tantos elementos, pues serían resueltos inmediatamente en la entrega final, pero estamos hablando de la segunda de cinco partes, por lo que la historia pudo ser mucho mejor dosificada. Ahora, resulta difícil imaginarse qué veremos en las tres películas restantes, aunque debemos prepararnos ante cualquier cosa, pues ya quedó claro que a Rowling no le importa demasiado destruir lo que ella misma ya había establecido para escribir un guión «llamativo» e «impactante» –comillas necesarias.

Una película debe justificarse a sí misma y resolver al menos la mayor parte de sus puntos argumentales; si no, se trata simplemente de un trailer muy largo para lo que vendrá más adelante y resultará imposible disfrutarla como una entidad única, y ése es precisamente uno de los problemas de Los Crímenes de Grindelwald. Las películas de Harry Potter e incluso Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos cuentan cada una una historia propia, que está conectada a una trama mucho más larga que se va resolviendo poco a poco dentro de la saga, y por esto podemos verlas y entender sin problema lo que está pasando. Esto es algo de lo que tristemente esta película no puede presumir.

¿Lo bueno? Newt Scamander, Leta Lestrange, Jude Law como Dumbledore, lo poco que pudimos ver de las criaturas, Jacob, la dinámica entre Tina y Newt, la actuación de Ezra Miller, el diseño de producción.

¿Lo malo? Todo lo demás, y que tendremos que esperar tres películas (y al menos seis años) más para entender cómo las piezas mostradas aquí encajarán con una historia que ya todos conocemos y a la que -de momento- parece no estar respetando demasiado.

Y los aurores. Aparentemente los aurores en 1927 eran unos inútiles y qué bueno que Ojoloco Moody no había nacido para ver eso.

Honestamente, esperamos que este desastre se pueda solucionar, porque si bien películas anteriores del mundo mágico habían causado polémica entre los fanáticos, ninguna había logrado empañar la magia para un grupo de sus seguidores tal como lo ha hecho ésta. ¿Guionus reparo, tal vez?

ModoGeeks le da a Animales Fantásticos: Los Crímenes de Grindelwald 4/10 escarbatos bebé.