IT: Capítulo 2 podría considerarse como la película de terror más esperada del año, gracias al éxito de su primera parte y a la cantidad de material publicitario liberado para la cinta dirigida por Andy Muschietti. El reparto de la secuela no hace más que incrementar la emoción, pues grandes estrellas como James McAvoy, Jessica Chastain, Bill Hader, Isaiah Mustafa, Jay Ryan, James Ransone, Andy Bean y Bill Skarsgård se reúnen en una historia que promete ser la más aterradora del año —incluso más que Cats. Y luego de haber sido testigos del final, este último enfrentamiento entre Pennywise y el Club de los Perdedores no nos decepcionó.
La película abre con una escena que nos lleva al Derry actual, 27 años después de los sucesos de la primera, y nos revela que sigue tratándose de un pueblo problemático, pues la violencia y la intolerancia no se hacen esperar contra una pareja de jóvenes que solo pasaban la noche tranquilos. Sin embargo, también nos muestra el regreso de Pennywise y cómo cobra su primera víctima.
De ahí en más, el foco de la historia vuelve al club de los Perdedores y vemos a cada uno de ellos luego de todo esos 27 años y cómo vivieron hasta olvidar lo que ocurrió en su juventud… hasta que reciben una llamada de Mike Hanlon (Isaiah Mustafa) quien les dice simplemente «Debes volver a casa. Eso está de regreso«.
Es en este momento cuando, reunidos todos como adultos de nuevo en el pueblo, comienza a ocurrir la clase de cosas que pasan cuando Pennywise anda suelto. La historia de Capítulo 2, con 2:45 horas de duración, salta entre cada uno de los perdedores, mostrándonos cómo poco a poco los recuerdos del pueblo comienzan a volver a ellos, despertando sus más grandes temores y pesadillas que aún de mayores los atormentan.
En cuanto a las actuaciones, Jessica Chastain destaca como una Beverly que aunque ha crecido, no ha superado sus problemas y se mantiene muy cercana a sus traumas, con una actuación que realmente refleja el dolor que puede sentir su personaje. Bill Hader y James Ransone son el dúo dinámico de It: Capítulo 2 y quienes llevan la batuta en cuanto a química: sus personajes conectan tan bien en diálogos, actuaciones y arco argumental que es difícil creer que no son Finn Wolfhard y Jack Dylan Grazer del futuro que viajaron a interpretar a estos personajes. James McAvoy también es muy bueno mostrándonos a un seguro pero trastornado Bill, actuando perfectamente el tartamudeo del chico. Aunque, indiscutiblemente, la mejor interpretación es la de Bill Skarsgård, quien nos presenta (una vez más) a un payaso retorcido, peligroso e increiblemente perturbador durante toda la cinta.
La música y ambientación de la película va muy a tono con su antecesora, aunque esta vez vemos más énfasis en el suspenso y en tonos más agudos que despuntan en los momentos de susto y espanto. En cuanto al tema de los sustos, la película cuenta con muy buenas escenas tétricas que realmente lo hacen sentir a uno incómodo, aunque la utilización de los jumpscares es mucho mayor aquí que en la precuela. Hablando de la primera, el CGI de las criaturas y monstruos mejoró, pero los momentos que realmente aterran son los que contaron con efectos prácticos o actuaciones bien ejecutadas, como la de la señora que aparece en el trailer sirviendole té a Beverly.
La trama del film está muy apegada al libro de Stephen King, aunque con algunas inevitables excepciones y libertades creativas tomadas por el equipo que hacen que la historia cambie pero no deje de ser muy interesante. Hay un cameo muy curioso en la cinta y que no mucha gente se esperaba, y que no obstante es muy bien recibido, sobre todo por el intercambio entre los personajes involucrados. Además, la película esta plagada de referencias de otros trabajos de King, lo que la hace aún más interesante para quienes conocen las historias de este prolífico escritor.
It: Capítulo 2 es una película que vale la pena ver, que tiene buenos sustos, una trama interesante y conclusiones que dejarán satisfechos a más de un fanático de esta franquicia.
A It: Capítulo 2 le damos 8.5/10 globos rojos.
