Annabelle, la muñeca poseída del universo de El Conjuro, llega junto a su tercera entrega: Annabelle 3: Viene a Casa. Aunque no muchos se esperaban esta nueva cinta, esta muñeca es claramente importante para todas las películas de este universo, y en esta entrega la vemos alterar la vida de la mismísima familia Warren en su propio hogar.

Ed y Lorraine Warren (Patrick Wilson y Vera Farmiga) reciben la muñeca Annabelle, a la cual contienen dentro de una caja de cristal en su propia casa, en la habitación especial donde ocultan todos sus objetos sobrenaturales. La hija de la familia, la pequeña Judy (McKenna Grace) es despreciada por los miembros de la comunidad debido a las extrañas prácticas de sus padres, siendo la única amiga que tiene su niñera Mary Ellen, interpretada por Madison Iseman.

Una amiga de Mary Ellen, Daniela (Katie Sarife), se cuela en la habitación y comienza a tocar los objetos, intentando conectar con su padre, quien falleció recientemente. Es en ese momento que abre la vitrina de Annabelle, ignorando todas las advertencias de «no tocar», y la muñeca escapa, despertando con ella todos y cada uno de los objetos y espectros contenidos en la habitación, y así comienza esta historia.

La película tiene un inicio extremadamente lento, pues se toma casi 40 minutos en presentarnos a los personajes principales y el ambiente, intentando crear una especie de halo tenebroso pero no consiguiéndolo del todo. Por ejemplo, se nos informa que cada objeto de la habitación cuenta con un espíritu maldito que lo posee, siendo varios de estos muy interesantes, pero no se nos da mucha información sobre ellos, perdiendo así una buena fuente de sustos en esta película (aunque seguramente serán utilizados en futuras entregas de la franquicia).

Las actuaciones que más destacan son las de Iseman y Grace, quienes son muy buenas vendiéndonos el miedo que sienten al ser acechadas por la muñeca, pero en ocasiones la lentitud de la trama y lo predecible del guión diluyen el efecto que ejercen en el observador. Los Warren apenas tienen escenas que nos ayuden a entender lo que ocurre, así que su presencia no es realmente relevante, y no tenemos mayor oportunidad de disfrutar del talento de Wilson y Farmiga.

Por su parte, el soundtrack está hecho casi en su totalidad para anunciarnos en qué momento debemos sentir miedo, conduciendo poco a poco al espectador hacia un terror que nunca llega. Y no hay nada que destaque realmente en este aspecto, lo cual deja mucho que desear de una franquicia como El Conjuro. Los sustos de la película son, de hecho, escasos, lo que es decepcionante teniendo en cuenta lo buenos que fueron en entregas anteriores.

Annabelle 3 se siente como una entrada forzada a la franquicia. El interés de James Wan de construir su universo de terror parece querer repetir las fórmulas una y otra vez en lugar de intentar hacer algo nuevo, por lo que la película termina siendo al final «más de lo mismo» y no cumple con las expectativas de sus fanáticos.

Dicho todo esto, a Annabelle 3: Viene a Casa le damos 5/10 muñecas poseídas.