21 películas, 11 años, decenas de héroes y tan sólo tres horas para marcar el final de la saga que ha estado creando Marvel Studios desde el lanzamiento de Iron Man en el 2008. Con todas esas cifras llegó a nuestras vidas Avengers: Endgame, una película que precisamente por toda la carga cultural (y el hype) que lleva a cuestas, sin contar todos los records de recaudación que ya está rompiendo apenas en un fin de semana, está destinada a convertirse en parte de la historia del cine.

Parte del viaje es el final, tal como nos recordaron los trailers desde el principio, y ciertamente Endgame es el final. No del Universo Cinematográfico de Marvel en sí, pues aún quedan muchas historias por contar en la gran pantalla, pero sí del MCU como lo conocemos. No es casualidad que el chasquido de Thanos dejara vivos a nuestros seis Vengadores originales, y la película resulta tan fuerte emocionalmente precisamente porque se enfoca en estos personajes que hemos visto por años, con quienes nos hemos identificado, con quienes hemos reído y llorado, y que han dejado marca en la cultura popular.

Desde ahora, pido disculpas por adelantado. Va a haber mucho sentimentalismo inevitable en este review.

Capitán América no es sólo un tipo de traje azul y un escudo; es Steve, el que intenta proteger a todo el mundo y hacer lo correcto sin importar el precio, el amigo de Sam y Bucky, el que nunca pudo tener ese baile con su chica. Iron Man no es simplemente un millonario playboy y filántropo; es Tony, el que se pone el traje no sólo para salvar el mundo sino también para luchar contra sus propios demonios, el que no puede ver a un niño sin terminar actuando como una figura paterna, el que no sabe cómo detenerse. Black Widow es más que una simple ex-espía; es Natasha, que encontró un amigo en Budapest cuando le dieron una oportunidad, y salvando al mundo terminó encontrando a una familia, algo que nunca había tenido antes. Hawkeye no es un tipo inútil con un arma del paleolítico; es Clint, el que le ofreció esa oportunidad a una espía y ganó una amiga incondicional, es el padre de familia, es el hombre «normal» que elige ayudar a salvar al mundo porque alguien tiene que hacerlo y bien podría ser él. Hulk no es un monstruo verde sin razón ni propósito; Bruce y Hulk han aprendido a manejar sus emociones, a construir a partir de su pérdida, y qué importa si siempre están enojados si encontraron una forma de usar ese enojo para algo productivo. Y Thor, Thor pasó de ser un principito orgulloso y presumido a perderlo todo excepto su espíritu de lucha, levantándose una y otra vez y demostrándonos cómo ser dignos a pesar de las circunstancias.

Estos seis personajes son el corazón de la película, acompañados por los otros sobrevivientes a la decimación: Ant-Man, Capitana Marvel, Okoye, Rocket, War Machine y Nebula, quienes también logran brillar con luz propia en sus escenas, manteniendo su esencia. Se trata de un elenco mucho más pequeño que el de Infinity War y tal vez por eso se logró balancear mejor el tiempo en pantalla de cada uno, mostrando sus individualidades y fortalezas. Christopher Marcus y Steve McFeely no son novatos en el MCU, y el guión está repleto de guiños y ecos de entregas anteriores del MCU, lo que siempre resulta agradable para los fanáticos (y mejor aun, sirve dentro de la historia) sin alienar al espectador casual, ecos que también podemos escuchar en la música de esta entrega. Además, sin duda, Endgame cuenta con algunas de las mejores actuaciones del Universo Marvel, pues tantos años después, cada actor conoce mejor que nadie a su personaje y se encuentra cómo con él, sin que esto implique que las actuaciones se sientan repetidas, acartonadas o predecibles, sino todo lo contrario.

No todo es perfecto, ya que ciertas cosas se sienten como un chiste que fue gracioso al principio pero que inevitablemente pierde cualquier gracia al final, y las explicaciones pseudocientíficas dentro de la trama son incluso más confusas que de costumbre (además de que ignoran mucho de lo que se ha escrito respecto a este tema). Además, la resolución de las tramas argumentales de algunos héroes seguramente causará discusiones (válidas) por mucho tiempo sobre si era la forma correcta de manejarlas, y aun así estos detalles no impiden disfrutar de la película. Como ha sido su sello hasta ahora, Joe y Anthony Russo saben manejar los momentos de comedia con aquellos más emocionales, y por supuesto con las escenas de acción que son características del cine de superhéroes. La batalla en Endgame te mantiene al filo del asiento por muchos motivos (y ya debe haber más de un gif señalando los múltiples momentos épicos de esta escena) y no tiene nada que envidiarle al combate en Wakanda de Infinity War. Después de todo lo que pasó, queremos ver a nuestros héroes pateándole el trasero a Thanos, y eso es lo que tenemos y de la manera más espectacular posible, arrancando vítores y aplausos del público.

Se trata de una película más que nada para fanáticos, los mismos que hemos estado llenando las salas de cine por los últimos once años, y resulta una despedida de 3 horas y 58 segundos -que en ningún momento se siente tan larga- y como toda despedida, es agridulce. Estos personajes nos han acompañado por mucho tiempo y ya han cerrado su saga; ahora es momento de darle paso a otros héroes a que tengan su oportunidad de salvar el día, plantando también las semillas para una nueva generación que crecerá a la sombra de lo que ellos hicieron.

Y ahora que llegamos al final, no podemos esperar a ver cómo será ese futuro.

Por cumplir con todas nuestras expectativas de la forma más espectacular posible, y por rompernos el corazón en el camino, ModoGeeks le da a Avengers: Endgame 9,5/10 Piedras del Infinito.