Quizás el pensamiento que más se repite durante las más de dos horas que dura el especial final de Sense8 es «esto pudo hacerse en toda una temporada». Haber tenido un final en toda regla luego de que Netflix decidiera no renovar la serie fue todo un triunfo, pero es inevitable darse cuenta que el show tenía planeada toda una historia que debía desarrollarse a lo largo de toda una temporada -o más- y que tuvo que ser comprimida en lo que equivale a poco menos de tres episodios. Pero no estamos aquí para lamentarnos de lo que pudo haber sido, sino para celebrar lo que fue.

Desde su lanzamiento, Sense8 se ganó el corazón y la lealtad de sus fanáticos con una trama lo suficientemente impresionante (después de todo, contar con las mismas creadoras de The Matrix no le hace daño a nadie), una dirección de escenas espectacular, una producción impecable y un elenco -tanto principal como secundario- que sabía meterse en el alma y la piel de sus personajes, personajes que fácilmente llegamos a amar.

… excepto ciertos casos específicos, pero ése no es el punto.

Este especial final fue incluído como el décimosegundo episodio de la segunda temporada, y ciertamente se siente como una continuación natural de en lo que nos quedamos en ese momento. BPO tiene a Wolfgang, el cluster tiene a Whispers y cuenta con la ayuda de todos sus aliados, y ha llegado el momento de que todos los secretos sean finalmente revelados en la inevitable confrontación entre ambos grupos.

Durante este episodio, tenemos explosiones, tiroteos, más explosiones, más tiroteos, golpizas, intercambio de rehenes, la mafia napolitana y a Wolfgang con su amigo el lanzacohetes, pero esta serie siempre ha sido más que sus escenas de acción. Por cada disparo en pantalla, tenemos un momento especial entre los sensates o entre ellos y sus seres queridos, un abrazo, una carcajada de felicidad, un beso, Capheus siendo Capheus, una canción compartida por más de una decena de personas en tres vehículos diferentes, un baile y una boda. El mensaje de todo el episodio, y en cierta forma de toda la serie, es que juntos somos más, juntos podemos lograr cosas increíbles y que el amor, ese maravilloso puente que es el amor que nos une los unos a los otros, es capaz de vencerlo todo. Amor vincit omnia, si hace falta leerlo en latín.

Esto no quiere decir que el episodio fuera perfecto, porque la serie nunca lo fue, pero se mantuvo tan interesante como siempre, con la dosis adecuada de acción (pocas cosas en Sense8 se sienten tan satisfactorias como Wolfgang usando el lanzacohetes de nuevo) aderezando las escenas más humanas y emocionales. La razón nos dice que Sense8 es buena, pero no tanto, y por algo fue cancelada, pero la razón no siempre tiene la razón. Lo importante de este show siempre ha sido cómo nos hace sentir, y con Will, Riley, Wolfgang, Kala, Sun, Nomi, Capheus y Lito sentimos todo lo que podíamos, dejando que estos personajes y sus historias nos recordaran parte de lo que nos hace humanos y -citando a Hernando- expandieran nuestra noción del ser.

Series de ciencia-ficción muy bien hechas que nos muestran una realidad bastante cínica y un futuro honestamente deprimente hay varias, algunas incluso en Netflix también, pero no hay nada de malo con disfrutar del final feliz que ofrece Sense8, así como no hay nada de malo con creer en el mensaje de la serie. Tal vez nosotros no tengamos una conexión no-exactamente-telepática con otras siete personas a lo largo del mundo, pero vivimos en una época en la que el internet y las telecomunicaciones nos permiten acercarnos unos a otros y conocer el mundo más allá de nuestra realidad, y quién sabe, esas personas que nos complementarán y que se convertirán en familia pueden estar simplemente a un mensaje de distancia.

Reflexiones aparte, este especial fue el final feliz que los personajes merecían y por el que nosotros los fanáticos tanto luchamos. No obtenemos todas las respuestas y no sabemos exactamente qué les deparará el futuro a estos personajes, aunque lo que sí sabemos es que tuvieron todos juntos un momento perfecto con el que podrán seguir sus vidas de ahora en adelante, y ocuparán para siempre un lugar muy querido para nosotros.

El episodio termina con una dedicatoria, «para nuestros fans», y ese amor y esa dedicación se nota y se agradece. Sense8 tal vez no fue una serie perfecta, pero fue la serie que muchos necesitaron y pudo despedirse por la puerta grande.

ModoGeeks le da al final de Sense8, «Amor Vincit Onmia», 10/10 lanzacohetes.