Para bien o para mal (no nos engañemos, sólo para bien), Teen Wolf llegó a su final el pasado domingo. Durante seis temporadas (más, si contamos las que fueron divididas en dos partes), hemos seguido las aventuras y desventuras de Scott McCall, nuestro titular lobo adolescente, y su manada compuesta por otros hombres lobo, una chica coyote, una kitsune, un pejelagarto, una banshee y cualquier otra criatura mitológica que se les ocurra —y Stiles, por supuesto.

Pero antes de llegar a este punto en que honestamente queremos que todo se termine, no todo estuvo tan mal en Beacon Hills. En momentos, la serie mantuvo (cierta) continuidad y la trama tenía sentido, y los personajes estaban bien escritos y nos importaban, preocupándonos por Scott y su manada e interesándonos en todas las amenazas que llegaban al pueblo intentando acabar con nuestro cachorro alfa.

Sin lugar a dudas, los mejores episodios estuvieron en la temporada 3B. Acabábamos de salir de la amenaza de Deucalion y su manada de alfas, y a pesar de las pérdidas de Erica y Boyd (y Cora, pero ya sé que para los productores la más joven de los Hale como que no existiera), el futuro se veía promisorio. Fue una temporada que no nos defraudó, otorgándonos:

  • Un nuevo personaje que contaba con muchísimo potencial

  • El momento más doloroso de todo Teen Wolf

  • Y el mejor villano de toda la serie

Por supuesto, esto no implica que los episodios anteriores a esta temporada no tienen un lugar especial, porque no estaríamos aquí si la primera temporada no nos hubiera enganchado, en su mayor parte por el encanto del elenco que trajo a la vida a este grupo de adolescentes y hombres lobo, y todavía recordamos momentos como la revelación de que Jackson era el Kanima o episodios como «Motel California».

Pero tras la gran jugada maestra que fue el final de la temporada 3B -seamos honestos-, la calidad del show se fue en picada, junto a la poca coherencia argumental que pudo haber tenido la trama hasta ese momento. Y así, muchos, muchos episodios sin sentido después, llegamos al gran final de las aventuras de Scott McCall.

[ADVERTENCIA DE SPOILERS]

El episodio final de Teen Wolf intentó cerrar todos los agujeros argumentales que se habían creado anteriormente, y se apoyó muchísimo en el elemento de la nostalgia. Pero las menciones a Allison, la reaparición del nogitsune y la presencia de Derek no fueron suficiente para hacernos olvidar los grandes pecados de este show.

Han pasado años y la trama del benefactor, con Peter siendo el gran villano de la cuarta temporada pero en el pasado cuando estaba en coma por el incendio, sigue sin tener el menor sentido. Fue escritura barata, por salir del paso, y una total falta de respeto al personaje, que había tenido la evolución más interesante de todos en las temporadas anteriores. Los Hale son el catalizador de esta historia, pero mientras progresó el tiempo, menos relevancia se les dio… y lo siento, pero no me creo que Peter Hale (siendo Peter Hale) haya dejado irse a Munroe tan tranquilamente, sin siquiera intentar arrancarle la espina dorsal —cosa que ya había hecho anteriormente.

¿Sabremos algún día qué pasó con Danny? Porque Danny Mahealani merecía algo mejor que simplemente desaparecer del pueblo, sin nadie que siquiera lo mencionara, y que luego su ex-novio se juntara con su mejor amigo (eso fue una severa violación del bro code, Jackson). Tristemente, Danny no fue la única desaparición, porque además de Cora, nunca volvimos a saber de Isaac. Isaac, quien pasó de la manada de Derek a la de Scott, que se ganó el amor de Allison, que fue el cachorro más bonito de todo Beacon Hills, como si no existiera, y si bien sabemos que Daniel Sharman se encuentra actualmente grabando Fear the Walking Dead, ese episodio final no se grabó esta semana, por lo que de haber querido, podrían haber intentado algo.

Pero ese es el gran problema de Teen Wolf: Jeff Davis en verdad nunca quiso.

Kira tenía un potencial enorme -y no me refiero simplemente a potencial eléctrico-, y ella fue probablemente el personaje más insultado por el show. Luego de la temporada 3B, era el momento de Kira de brillar, pero nuestra pequeña kitsune era siempre relegada en el combate (¡Kira era un pikachu, por amor a todo! ¿Por qué nunca aprovecharon eso?) y no pasó de ser simplemente el interés amoroso de Scott que de vez en cuando participaba en una pelea, de la que generalmente no sabía bien parada.

Kira Yukimura también merecía algo mejor.

Si bien el regreso de Jackson, Ethan y Derek fue agradable (nada supera a Derek cargando a Stiles, nada), no fue suficiente. Además, en un honesto ejemplo de Teen Wolf siendo Teen Wolf, con estos personajes se ignoraron cosas que ya se suponían establecidas, siendo la muestra más grande Jackson siendo todavía parte kanima. Tal parece que el final de la segunda temporada nunca ocurrió, que nunca se mató a la parte kanima de Jackson y que es completamente normal que él haya regresado como parte pejelagarto, borrando por completo el momento más emotivo de toda la relación entre Jackson y Lydia… porque qué es pedirle continuidad a este show.

Miento. La única continuidad que se mantuvo fue en las mochilas de Scott y Stiles.

Obviamente, el final fue elaborado para que la serie pudiera tomar oxígeno y volver en algún futuro, aunque sabemos que no será lo mismo. Teen Wolf empezó como un show que podía manejar temas sobrenaturales y comedia al mismo tiempo, sin dejar de lado los dramas adolescentes del público al que estaba dirigido, y por sus primeros tres años, hizo un trabajo genial. Sin embargo, cuando ni el carisma de Tyler Posey y Dylan O’Brien podía sostener la trama, tal vez habría sido mejor dejarlo morir a tiempo.

Sea como sea, ya este viaje de más de seis años ha concluido, y sé que tal como hay una parte del fandom que concuerda conmigo, también hay un porcentaje de fanáticos que disfrutó hasta el último segundo, y para ellos va todo mi respeto. Personalmente, Teen Wolf ya está muerto, y para asegurarme que siga ahí le construí un ataud de madera de serbal.

Ahora, dígannos ustedes. ¿Qué les pareció el final de esta serie? ¿Concuerdan conmigo? ¿O tienen su propia opinión? ¡No olviden compartirla en los comentarios!