Durante toda esta semana, J.K. Rowling ha estado compartiendo a través de Pottermore nueva información sobre la historia de la magia en Norteamérica, y hemos visto la evolución de la comunidad mágica estadounidense desde antes de la llegada de los europeos y los tiempos coloniales, hasta principios del siglo XX. Si algo hemos aprendido con estos nuevos escritos, es que los magos norteamericanos no la han tenido fácil en su relación con los no magos (no-majs, o muggles, del otro lado del Atlántico), y que el incidente con los Estropajos dejó una marca indeleble en su historia que no hizo más que separarlos culturalmente de sus vecinos europeos.

Con estos nuevos datos, podemos imaginarnos que en Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos, la ciudad de Nueva York será un shock para Newt Scamander, recién llegado de Europa, acostumbrado a tratar con muggles y con su maletín lleno de criaturas mágicas potencialmente peligrosas. Y precisamente, ahora vamos a enfocarnos en la época de la llegada de Newt: los años 20s.

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Luego de la Primera Guerra Mundial, no se suavizó la postura del MACUSA ante los no-majs, a pesar de la participación de magos y brujas en el esfuerzo bélico. Hubo magos en ambos bandos de la guerra, y aunque sus batallas no fueron las más decisivas, sí obtuvieron victorias que previnieron mayor derramamiento de sangre. No obstante, esto no ayudó a derogar la Ley Rappaport. El recuerdo de la indiscreción de Dorcus Twelvetrees seguía presente -al punto que, con el tiempo «dorcus» se convirtió en una forma de llamar a una persona estúpida o inepta en inglés-, y el Congreso Mágico de los Estados Unidos aplicaba severas multas en quienes violaran el Estatuto Internacional del Secreto y era altamente intolerante de criaturas fantásticas como fantasmas, poltergeists y otros ante el riesgo de que llamaran la atención de los no-majs.

El cuartel general del MACUSA debió moverse de Washington a Nueva York luego de la Gran Rebelión Sasquatch de 1892, y durante la década de los ‘2os, la presidenta del congreso fue Seraphina Picquery, de quien ya tuvimos un primer vistazo en el trailer de Animales Fantásticos.

Por su parte, Ilvermorny ya se había convertido en una de las más importantes instituciones educativas mágicas a nivel mundial, y a diferencia de los magos nativos, que alguna vez habían sido más que capaces de ejecutar hechizos sin ninguna ayuda externa, sus estudiantes canalizaban sus poderes gracias al uso de una varita. Siguiendo con su vigilancia sobre los miembros de la comunidad mágica, era requerido por ley tener un «permiso de varita», lo que permitía controlar toda la actividad mágica en la nación e identificar a los que cometieran algún crimen con su magia mediante su varita.

Sabemos que Ollivander, en el Reino Unido, se precia -y con buen motivo- de ser el mejor fabricante de varitas mágicas del mundo, con sus núcleos de nervio de corazón de dragón, pelo de unicornio o pluma de fénix, pero los magos norteamericanos cuentan con cuatro fabricantes propios, cada uno talentoso y peculiar a su manera.

Shikoba Wolfe, de ascendencia Chocktaw, creaba varitas poderosas pero difíciles de dominar, con un núcleo de pluma de cola de Pájaro de Trueno (un ave mágica americana cercana al fénix) y un intricado diseño en la madera, apreciadas particularmente para Transformaciones.

Johannes Jonker, hijo de un muggle fabricante de muebles, se convirtió en un fabricante de varitas altamente buscadas y reconocibles instantáneamente por su uso de la madreperla. El núcleo preferido de Jonker -luego de muchos experimentos- era el pelo del gato Wampus.

Thiago Quintana revolucionó el mercado con sus varitas cada una con una espina traslúcida del lomo de un monstruo blanco de río de Arkansas, lo que producía hechizos poderosos y elegantes. Quintana era el único que sabía cómo atraer a estas criaturas para tomar su espina, y se llevó el secreto a la tumba, por lo que tras su muerte no se ha vuelto a ver esta clase de varitas en circulación.

Por su parte, Violetta Beauvais se rehusó por mucho tiempo a revelar el secreto de sus varitas fabricadas con madera de mayhaw del pantano, aunque eventualmente se supo que el misterioso núcleo era pelo de rougarou, el peligroso monstruo con cabeza de perro de los pantanos de Louisiana. Se decía que las varitas de Beauvais iban por las artes oscuras tal como un vampiro iba por la sangre, pero muchos heroicos magos estadounidenses de la época -tal como la presidenta Picquery- poseían una de estas varitas.

Finalmente, un detalle curioso sobre esta década. Durante estos años, los no-majs debieron sufrir una prohibición del consumo de alcohol, algo que su contraparte mágica no tuvo que tolerar, a pesar de que un mago o bruja ebrio resaltaba aun más al estar rodeado de no-majs sobrios. «El agua de risas no es negociable,» llegó a decirle la usualmente estricta presidenta Picquery a su Jefe de Personal, alegando que ser un mago en Estados Unidos ya era bastante duro como para quitarles el alcohol.

Con todas estas revelaciones, ya podemos hacernos una buena idea del ambiente al que llegará Newt Scamander, y de las diferencias con el mundo mágico con el que estamos acostumbrados a tratar. Las cosas pintan complicadas para el magizóologo más famoso del mundo, pero tendremos que esperar para ver su historia desarrollarse en la gran pantalla este noviembre.

Ahora ustedes dígannos, ¿qué piensan de esta Historia de la Magia en Norteamérica? ¿Qué dato fue el que más los sorprendió? Déjennos sus comentarios al respecto.

Fuente: Pottermore