Luego de más de una década de negociaciones y de planificación, llega a la pantalla grande el proyecto biográfico del legendario Sir Elton John para deleitarnos con su música y su historia personal. Rocketman se impone en la pantalla como un musical lleno de imágenes oníricas y fantasiosas, siendo más que una simple biopic musicalizada, y es que como reza el cartel oficial del film: “Para contar su historia, hay que vivir su fantasía”.

Bajo la dirección de Dexter Fletcher y con Taron Egerton como protagonista, la película relata la turbulenta historia del artista británico desde su temprana incursión en el mundo de la música, mostrando el desarrollo de su carrera musical, hasta la década de los 80 con énfasis en la problemática vida del rockstar, llena de vicios y de decisiones erradas, de la cual finalmente supo recuperarse. Todo ello hilado con una puesta musical en la que los grandes éxitos de Elton John y sus memorables letras permiten que el film adquiera una profundidad distinta para el espectador, con un sentido más personal, más íntimo.

Y es que los números musicales de la cinta permiten conectar los hechos reales con las fantasías y sueños del protagonista, acercándonos cinematográficamente a la manera en que el artista percibe su mundo, sus pensamientos, su vida y con quienes la ha compartido a ratos. Así, temas como “Saturday Night’s Arlight for Fighting”, “Your Song”, “Crocodile Rock” y, por supuesto, “Rocket Man”, permiten relatar algunos fragmentos de la vida del artista desde la subjetividad del protagonista.

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De esta manera, la obra de Fletcher (quien se encargó de culminar el rodaje de la también biográfica Bohemian Rhapsody) se aleja del rigor histórico al narrar la biografía, cosa que no debe extrañarnos, pues la película ha sido un proyecto personal del mismo Elton John, quien desde hace más de diez años ha intentado llevarla a la pantalla grande. Lo contado en la biopic (de la cual John es productor ejecutivo) es en gran medida subjetivo, pero, a su vez, se percibe como un relato más honesto que el de otras películas biográficas (como la misma Bohemian Rhapsody). Así, Rocketman resulta una carta abierta de Elton John para el mundo, donde relata sin timidez y sin aparentes tapujos, su turbulenta vida de rockstar y sus problemas personales.

Conocemos así un poco más del pasado del artista, cuyo nombre original es Reginald Dwight, quien desde su infancia padece una carencia en el amor de sus padres y, a raíz de ello, una carencia de amor hacia sí mismo y una desconfianza que lo lleva a disfrazar su identidad en el escenario, adoptando un nombre artístico y adornando su vestuario con estrafalarios accesorios que lo alejan de la imagen de aquel tímido niño que una vez fue. Poco a poco, su vestuario y su personaje en tarima se fue convirtiendo en una expresión de su verdadero ser, de su sexualidad, de su carácter y sus gustos. Los problemas en su vida se deben a la falta de amor, a la búsqueda y la necesidad de sentirse amado, cayendo en adicciones de drogas, sexo (mostrado explícitamente en pantalla en al menos una escena), alcohol y hasta compras compulsivas. Por supuesto, ese artista problemático no es el que podemos ver hoy en día, como todo un caballero fabuloso.

La historia de Rocketman es una historia de amor, en donde éste es el principal objeto de deseo del protagonista. El amor verdadero lo busca en la música, en sus padres, en sus fans, en sus amantes, en su amigo y eterno colaborador Bernie Taupin, responsable de las letras de la mayoría de los temas cantados y compuestos por el artista, cuya amistad se muestra como un firme pilar en su carrera y en su vida, perdurando incluso hasta la actualidad. Tras decepciones, recaídas y arrepentimientos, finalmente (esto no es spoiler) el amor verdadero lo encuentra en la persona más importante en su vida: en sí mismo.  Y para conocer cómo lo hace, debemos ver el film.

Destacan por su actuación el protagonista, Taron Egerton, quien encarna magistralmente al conocido rockstar, cuya interpretación de los conocidos temas presentes en el film se muestra casi a la altura del mismo Elton John. Definitivamente se trata hasta los momentos de la actuación más madura y mejor lograda de Egerton. Junto a él, debemos darle crédito también a la actuación de Jamie Bell, quien encarna a Bernie Taupin, pues la dinámica entre ambos personajes resulta efectiva al retratar la eterna y fiel amistad entre Bernie y Elton en el film.

Con Rocketman, finalmente podemos ver a Fletcher destacando en la dirección, logrando un nivel de expresión que le fue reprimido en el biopic de Queen. La puesta en escena en general resulta agradable y acertada, al igual que la dirección de fotografía, evocando una estética a ratos artificiosa, ideal para contar la historia de este reconocido artista. Destaca el diseño de producción, recreando el fabuloso y colorido mundo de Elton John durante los años mostrados en el film, abarcando desde la década de los 50 hasta inicio de los 80. La recreación del vestuario del artista resultó impecable, con reproducciones exactas de los atuendos más memorables y estrafalarios usados por el británico en sus presentaciones y, por supuesto, la música juega el papel más importante en la cinta, ¿y qué película musicalizada por Elton John no ha gozado de una excelente banda sonora? El score del film evoca a grandes temas del artista como “Goodbye Yellow Brick Road” o “Don’t Let the Sun Go Down on Me”, y quizás lo mejor se halle en el final, con un número musical que culmina con una majestuosa recreación del video original de “I’m Still Standing”, canción que pone fin y solución al arco del protagonista y nos lleva hasta el epílogo de la actualidad de la vida del artista. En los créditos podemos disfrutar del tema «(I’m Gonna) Love Me Again», interpretado por Elton John junto a Taron Egerton, compuesto exclusivamente para el film y que podría competir sin duda en los Oscar del año que viene.

Rocketman se perfila como una de las mejores películas (no franquiciada) de la primera mitad de este 2019, un film imprescindible para los fanáticos del género musical, del rock y del mismo Elton John.

Dicho todo esto, a Rocketman le damos 8/10 discos de oro.