La premisa de la saga de Hotel Transylvania es bastante sencilla: los monstruos, los mismos monstruos que nos han estado aterrando en el cine y la literatura por años como el monstruo de Frankenstein, la momia, el hombre invisible, el hombre lobo y los vampiros existen. Pero como los humanos somos como somos, ellos prefieren mantenerse aparte e intentan llevar sus vidas con tanta normalidad como se pueda, y esta normalidad incluye ir a un exclusivo hotel en Transilvania cuando necesitan tomarse unas vacaciones, hotel dirigido por nadie menos que el Conde Drácula. Drácula -Drac, para los amigos- no está solo, pues junto a él vive su hija Mavis, y cuando Mavis hace click se enamora de un distraído humano llamado Jonathan, es hora de que las cosas cambien y ambos mundos, el de los humanos y el de los monstruos, se encuentren.

Mavis y Jonathan se casaron y tienen un hijo, el pequeño Dennis, y la familia está más feliz que nunca y todo es perfecto, ¿no es así? Pues no. Drac se siente solo, luego de años y años de la muerte de su esposa, y ya ni el trabajo en el hotel logra distraerlo, y es así como comienza Hotel Transylvania 3: Monstruos de Vacaciones.

En esta tercera entrega de la franquicia el protagonista sin duda es Drácula, quien nos muestra un aspecto más allá del padre sobreprotector o el abuelo consentidor, el del hombre solitario que vuelve a hacer click muchos años después y en verdad no sabe cómo afrontarlo. ¿Cómo le hablas a una mujer? ¿Cómo le pides que salga contigo en una cita? Esa son las preocupaciones del vampiro, ignorante a las tramas que se tejen a su alrededor y que podrían poner su mundo en riesgo.

El resto de los personajes están ahí para apoyar a Drac y servir muchos de los chistes de esta película, que impiden que se torne demasiado seria pues, después de todo, se trata de una cinta para niños. Sin embargo, las acciones de Mavis, Jonathan, Dennis y sobre todo Ericka son vitales para el desarrollo de la trama, en particular esta última, que se balancea entre interés amoroso y antagonista para Drácula y tiene el mayor desarrollo de personaje dentro de la historia.

Curiosamente, el diseño de Ericka nos puede recordar a los personajes de El laboratorio de Dexter, y esto tiene sentido pues el director de Hotel Transylvania 3 y creador de la franquicia es Genndy Tartakovsky, quien fue además el creador de la clásica serie animada de Cartoon Network y que le transmite a sus obras su particular estilo. Dicho esto, la animación -aunque ha mejorado obligatoriamente con el desarrollo de la tecnología- mantiene la misma calidad de las entregas anteriores, y si bien no logra sorprender demasiado a nadie, tampoco causa dolores de cabeza por grandes fallas o errores, manteniendo una apariencia y una calidad uniforme.

La música resulta un elemento importante dentro de la película, y las canciones de la banda sonora atrapan la atención no sólo de los niños sino también de los adultos que los acompañen, quienes seguramente entenderán mejor las referencias musicales, ampliando los chistes de la cinta.

Este crucero monstruoso no cerró el ciclo para Hotel Transylvania sino que más bien amplió los horizontes de la franquicia, por lo que no nos extrañaría si en unos pocos años volveremos al cine a disfrutar de una cuarta parte de las aventuras de estos personajes. Mientras tanto, esta película resulta una buena opción para pasar un rato divertido estas vacaciones de verano, así que pónganse su mejor traje de baño y todos a bordo.

ModoGeeks le da a Hotel Transylvania 3: Monstruos de Vacaciones 7,5/10 manos de cangrejo.