Los 80s están de moda, y Ready Player Onela novela de Ernest Cline, es una larga carta de amor a esa época y al mundo de los videojuegos, cargada de referencias y trozos de trivia que son vitales para que el protagonista de la historia logre cumplir su objetivo. ¿Podría entonces Ready Player One, la película de Steven Spielberg, alcanzar el mismo nivel de ochentosidad sin alienar a un público general que no conoce cada detalle de la historia del Atari 2600? Pónganse su mejor chaqueta de cuero roja, denle play a los grandes éxitos de A-Ha y súbanse a un DeLorean porque es momento de iniciar esta partida.

La respuesta a nuestra pregunta anterior es un rotundo sí. El guión de esta adaptación, escrito por el mismo Ernest Cline junto a Zak Penn, si bien hace varios cambios importantes a la trama del libro, logra mantener la esencia del mismo y de los personajes, simplificando líneas argumentales que incluso en la novela resultaban bastante pesadas y cambiando algunas escenas que en pantalla no habrían funcionado. Sin embargo, para complacer a los fanáticos del material original, todo lo que fue reemplazado se mantuvo como referencia —o mejor dicho, como un easter egg que está en pantalla si sabes a dónde mirar.

Wade Watts es el protagonista de nuestra historia. Un chico normal de Columbus, Ohio, que en verdad no puede ver un futuro más allá del universo virtual del OASIS. Y no podemos culparlo, pues el mundo real es un desastre gris y sin posibilidades, mientras que la vida en el OASIS sólo está limitada por tu imaginación… y tus créditos. Esta plataforma de realidad virtual ultrainmersiva es producto de James Halliday, un genio de la tecnología bastante excéntrico, quien a su muerte estableció una búsqueda del tesoro que lo cambió todo: el primero en superar sus pruebas y encontrar las tres llaves desperdigadas a lo largo y ancho de su creación, sería el único propietario de las acciones del OASIS, valoradas en medio millón de billones de dólares. Muchos ceros, mucho dinero, y una tentación demasiado grande para que una malvada coorporación no quisiera hacer algo al respecto.

Ése es el mundo que nos presenta la película, que no resulta tan difícil de imaginar en estos momentos, con los avances de la tecnología y las polémicas diarias de las grandes compañías del sector, y ése es el mundo en el que se desenvuelve la aventura de Wade, quien debe evitar que IOI -Innovative Online Industries- se apodere del OASIS. ¿Pero cómo puede un simple chico enfrentarse a la segunda compañía más grande del mundo? Pues ésa es precisamente la maravilla del OASIS: todo es posible cuando juegas con tus amigos.

Si omitimos el CGI, la estética y las referencias a los 80s, Ready Player One es la clásica aventura del héroe venido de abajo que logra enfrentarse al tirano y liberar al mundo de su yugo. Es una historia que todos ya conocemos, y es precisamente el CGI y la estética y referencias a los 80s lo que hace tan particular a esta película. El Spielberg de Ready Player One es el Spielberg con el que crecimos, aquel con cuyas películas empezamos a soñar con mundos maravillosos, parques jurásicos y países mágicos que están en la segunda estrella a la derecha y directo hasta el amanecer, y fue sin duda la mejor elección para dirigir esta cinta.

La calidad de las imágenes generadas por computador nos hace olvidar por momentos que no se trata de una película animada, aunque parte de este mérito también le pertenece a los actores. Tye Sheridan y Olivia Cooke se lucen como nuestros protagonistas, Parzival y Art3mis, tanto en el mundo virtual como en el real, y Sheridan en particular transmite a la perfección la incomodidad adolescente de Wade, un nerd obsesionado con Halliday y el OASIS y que no derrocha experiencia y confianza frente a una chica, precisamente.

Mención aparte merece Ben Mendelsohn, quien interpreta al villano principal, Nolan Sorrento. Estamos acostumbrados a ver a este actor como un malvado muy malvado (y tenemos Rogue One como prueba), y de hecho en el libro, Sorrento es un villano frío y calculador, pero en la película, tenemos una versión algo distinta de este antagonista. Es malo, sí, pero está más guiado por su ambición y su ego que por mera maldad de su alma, y Mendelsohn logra con su actuación que lo odiemos tanto como que nos ríamos de él (aunque yo, personalmente, todavía quiero golpearlo por el avatar que eligió en el OASIS).

Quizás lo único verdaderamente lamentable del paso de libro a película esté relacionado con la revelación de Hache, y no obstante, la versión de este personaje en la cinta se entendería a la perfección con su contraparte cinematográfica.

Con una trama sólida y entretenida, referencias a granel para toda clase de público -y unos cuantos easter eggs-, un vistazo nostálgico a lo mejor de los 80s, dirigida por el mejor director posible, y con un mensaje importante sobre luchar por un mundo -real- mejor, ModoGeeks le da a Ready Player One 9/10 Gundams.