Desde que en el 2013 Guillermo del Toro presentó Pacific Rim al mundo, muchos hemos sido los fanáticos que hemos estado esperando por una continuación de esta historia sobre kaiju, robots gigantes y los humanos que los pilotan. Ese deseo se vio finalmente cumplido en Pacific Rim: Uprisingque nos muestra este mundo diez años después de haber ganado la guerra contra los kaiju y los Precursores del Anteverso, pero es un mundo muy distinto al que una vez conocimos, y éste es tal vez el punto que más molestará a los fanáticos acérrimos de la primera entrega.

(Siendo honestos, hay un punto que los molestará todavía más, pero es un spoiler y no podemos mencionarlo en un review.)

Tal como la primera película se enfocó en Raleigh Becket y Mako Mori y cómo salvan el mundo a bordo de Gipsy Danger, Pacific Rim: Uprising se enfoca en Jake Pentecost (John Boyega) y Amara Namani (Cailee Spaeny), quienes no tienen nada en común pero que son obligados por el destino a trabajar juntos para enfrentarse una vez más a la amenaza de los kaiju. Se nos presenta parte del pasado de cada uno para que podamos entender sus motivaciones y sus frustraciones, y nos queda muy claro que Jake no es Raleigh, ni Mako, y definitivamente no es su padre, y eso es algo de lo que él mismo está consciente, sin que eso lo haga un mal personaje ni un mal protagonista.

Jake es el tipo de héroe que funciona en este nuevo mundo, donde el PPDC pasó de ser la resistencia a ser la mayor fuerza militar del mundo, otorgándole por instantes ciertos tintes de tiranía a esta organización que nos hacen fruncir el ceño. Tiene sentido, por supuesto, pero no significa que tenga que agradarnos.

Quizás para evitar estas inevitables comparaciones con la cinta del 2013, el equipo de Uprising intentó reducir al mínimo las referencias sobre su predecesora, entregándole al público un resumen de 30 segundos sobre cómo llegaron los kaiju y cómo se cerró la brecha al inicio de la película, convirtiendo cualquier cosa sobre Pacific Rim en un Easter egg. Esto, por supuesto, te ayuda a no sobrecargar a un nuevo público que no ha visto la primera película, pero aleja a los fanáticos originales de la franquicia. No, Uprising no es únicamente para los que ya amábamos Pacific Rim, y no tiene por qué serlo, pero que en una reunión del alto mando del PPDC en Australia ni se mencione a Herc Hansen o que nunca sepamos qué pasó con Raleigh Becket se siente como una falta de respeto.

Comparaciones aparte, esta vez contamos con robots más grandes y kaiju igualmente más grandes y peligrosos, y la explicación de cómo estos megakaiju volvieron a atacarnos es, de hecho, uno de los puntos más fuertes de la película y que absolutamente nadie pudo haber visto venir, pero que en retrospectiva cuenta con muchísimo sentido. Así mismo, los nuevos jaegers se ven impresionantes aunque no son tan efectivos como Striker Eureka shhh y el combate contra los kaiju nos hace recordar los mejores momentos de los anime de mechas (y no vamos a mencionar las sutiles y no tan sutiles referencias a Neon Genesis EvangelionGundam, que siempre han estado ahí y siempre lo estarán). Además, la escena final de la película abre la puerta a una tercera entrega y a un universo mucho más grande para la franquicia.

Igualmente, el grupo de nuevos reclutas tiene personalidades definidas y ciertamente nos gustaría saber más sobre ellos y sobre su futuro, lo que hace que nos importe cuando se suben a sus robots y se unen al combate. Son chicos, y se nota en sus acciones y respuestas, a pesar de que también están comprometidos con la causa, y el mayor ejemplo de esto es Amara. Tal como Jake, Amara es una huérfana de la guerra, pero a diferencia de él, se ha estado preparando por años para enfrentarse a los kaiju cuando regresen, creando incluso su propio mini jaeger. Amara no está dispuesta a dejarse vencer, y representa a esa generación de niños que se vieron obligados a crecer demasiado rápido después que los kaiju atacaron.

Sin embargo, quizás el mejor desarrollo de personaje en la cinta lo tiene el Dr. Hermann Gottlieb (Burn Gorman). El cambio de Gottlieb comenzó desde la primera película, cuando aceptó unirse a Newt para hacer drift con el cerebro del bebé Otachi, pero en Uprising vemos a un hombre distinto al estirado matemático que armaba un escándalo si una gota de fluido de kaiju caía en su lado del laboratorio. Trabajando en el sector público y separado de su mejor eneamigo (que eligió la iniciativa privada y su presupuesto), ahora tenemos a un Gottlieb dispuesto a ensuciarse las manos -literalmente- y a pelear con su bastón si hace falta para salvar al mundo. Además, su escena de montaje con las notas del tema de Pacific Rim de Ramin Djawadi es uno de los momentos más badass de la película.

En resumen y siendo objetivos, Pacific Rim: Uprising es una buena película de mechas contra kaiju, con una trama interesante y fácil de seguir así no vieras su precuela, efectos especiales bien logrados, referencias homenaje a otras obras del género y personajes principales que logran ganarse tu aprecio.

ModoGeeks le da a esta película 8,5/10 jaegers.

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Personalmente, y siendo subjetivos, Pacific Rim: Uprising pudo haber sido mucho más, pero en su empeño de ser inclusiva para nuevas audiencias, terminó por excluir elementos que eran muy importantes para los fanáticos de esta franquicia que llevábamos 5 años esperando por una continuación de la historia que tanto nos fascinó. Es difícil apreciar una película cuando tus expectativas no se cumplen y cuando sientes que todo lo que te gustaba fue archivado o escondido bajo la alfombra, o estrellado en un helicóptero.

Esta redactora le da a esta película 7,5/10.