[ADVERTENCIA DE SPOILERS]

Por fin llegó el primer episodio de la septima temporada de The Walking Dead y descubrimos quién salió disparado como un home run  de la plantilla del programa una vez Lucille descargase todo su swing sobre él. Lo que no esperabamos es que Lucille no solo cobrara la vida de uno de los sobrevivientes de Atlanta, sino la de dos ellos y casi, de regalo, el brazo del pequeño Carl.

Nuestros queridos Abraham y Glenn grabaron su último episodio dentro del apocalipsis walker más famoso de la televisión y ahora se despiden del grupo Grimes deseándoles la mejor de las suertes en la lucha por la supervivencia -y sin este par, sí que van a necesitarla.

Tal como el equipo de The Walking Dead lo predijo, los acontecimientos de la premiere de la septima temporada serían traumatizantes e inesperados. Aunque, como pasa en el comic #100 de TWD, Glenn es quien se despide del cast a manos de Negan, la producción del programa le dio un giro a la historia con la forma en la que todo sucede.

En los comics, el destino de Abraham no terminaba aquí, lo que le hizo creer a la audiencia, por lo menos por un minuto de alivio, que el repartidor de pizzas más querido de la televisión estaba a salvo. Pero entonces, Daryl, siendo Daryl, desobedece las ordenes de Negan en un intento de defender a sus compañeros, provocando que el líder de Los Salvadores cumpliese su palabra de seguir saciando la sed de Lucille hasta que todos entendieran que debían quedarse callados y quietos. Ahí es cuando se voltea  y descarga la furia de su bate una vez más, en esta ocasión contra el craneo de Glenn, cumpliendo con la línea temporal de los comics.

Entonces, digamos que, si Daryl hubiera aguantado su ira por un segundo, Steven Yeun aún sería parte de los créditos del show, y por supuesto, es algo que el menor de los Dixon llevará sobre sus hombros:

«Siento que esto será un gran peso sobre él. No sé si alguién del grupo lo culpa por algo, pero él se culpa de todo. Esto lo lleva a un nivel donde cualquier cosa que pueda pasarle, le da igual,» explicó Norman Reedus, quien interpreta a Daryl, «Se vuelve muy oscuro. Hace algunas cosas que no puede retroceder. Cae en un lugar muy, muy, muy oscuro. Es una combinación de ira y odio consigo mismo. Es diferente a cuando el show comenzó. Él pensaba que no le gustaría a la gente y no le importaba para nada, porque él también los odiaba. Ahora se convierte en un odio hacia sí mismo. Odia el mundo en el que vive, no pierde las esperanzas en él, pero si algo es seguro es que ya no ve nada bueno dentro del mismo.»

Además, también tendrá que lidiar con las consecuencias de sus actos en su relación con Rick, quien se había convertido en el hermano que Merle nunca fue:

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«El lazo entre Rick y Daryl… mientras la familia se rompe y pierden algunos miembros y todo eso, el lazo se vuelve más fuerte entre la gente que sigue ahí. El lazo no se rompe, pero después de una serie de eventos en la temporada, la dinámica cambia un poco. Todo el grupo está roto por los momentos. El lazo aún esta ahí, pero no sé si seguirá así. Por ahora se ha roto un poco.»

Sigue la septima temporada de The Walking Dead y adivina cómo logran salir de esta. Y si todavía estás en shock por lo que pasó con Glenn, tal como nosotros, déjanos un comentario.

Fuente: ComicBook.com