En medio de una época donde cada adaptación de cine sale peor que la anterior, IT llega para recordarnos que aún se pueden tener esperanzas, y que en buenas manos, una adaptación puede convertirse en una obra de arte. Y también nos dio dos cachetadas a todos aquellos que dudamos de su éxito en cuanto vimos su primer anuncio.

Para entrar un poco en detalle sobre la película, la trama de IT gira en torno a las desapariciones que ocurren en el pueblo de Derry, Maine, y por las cuales seis chicos se ven envueltos en una serie de eventos sobrenaturales para tratar de detener al ser que las causaba. Este ser, que usualmente toma la forma del famoso payaso Pennywise (también conocido como IT/Eso), es una criatura que adopta la forma de aquello que más temen los niños para así alimentarse de su miedo; es cuando exploramos cada uno de los temores de estos chicos, y cómo se enfrentan a ellos.

Debemos recordar que la historia de IT ya había tenido previamente una adaptación en una miniserie, y que para muchos de nosotros se volvió una serie de culto. No solo porque muchos la vimos sin el permiso de nuestros padres y las secuelas que nos dejó fueron profundas, sino por el efecto que tuvo. No podía hablarse de payasos macabros sin pensar en Pennywise de buenas a primeras; y aunque nunca la hubieras visto, sabías de su existencia, sabías que era aterradora y sabías que era muy buena, por lo que las expectativas que generó esta nueva adaptación fueron altas, pero vaya que las sobrepasó.

En el apartado de actuación, el grupo de los Perdedores fue fantástico. Aunque sus historias no se desarrollaron equitativamente, todos los chicos tuvieron tiempo en pantalla y no se sintió como si estuvieran de relleno. Jaeden Lieberher interpretó a Bill Denbrough, el líder del grupo, quien hizo un estupendo trabajo: Bill era un personaje nervioso, pero decidido y con mucho sentimiento en su corazón por su hermano Georgie. A pesar de que teme por su vida la mitad del tiempo, no duda en el momento de la acción y siempre vela por los otros chicos del grupo. El actor hace que sientas una inmediata simpatía por este chico, logras entender lo que sufre y esperas que logre resolverlo, aunque muchas veces su testarudez hace que te quieras halar el cabello de la impotencia que te hace sentir.

Sophia Lillis encarnó a Beverly Marsh, la única chica del grupo y quien en más de una ocasión es quien les ofrece la voz de la razón. Sophia conmueve con su actuación, porque aunque se trata de la aparente chica relajada que no se preocupa por nada, en sus ojos dice otra cosa y eso en su desempeño significa mucho. La actriz se encarga en resaltar la pared que Beverly tiene con su mundo externo para que no vean lo que ocurre en su mundo interno, y te pega en el corazón cuando lo ves en pantalla. Beverly también tiene sus problemas personales a los que debe enfrentarse, y todo este evento la lleva a dar la cara a su miedo… o al menos a atacarlo entre las piernas.

El resto del grupo está conformado por Eddie Kaspbrak (Jack Dylan Grazer), Stanley Uris (Wyatt Oleff), Mike Hanlon (Chosen Jacobs), Ben Hanscom (Jeremy Ray Taylor) y Richie Tozier (Finn Wolfhard, a quien ya habíamos visto en Stranger Things). Todos ellos en conjunto realizan un trabajo estupendo en la cinta y no dejan de recordarnos que son niños, después de todo. Son molestos, groseros, fastidiosos y demás, pero también poseen dudas y les toca tomar decisiones que no son sencillas para alguien de su edad. Lo mejor es que cada chico tiene su personalidad distinta, pequeños gestos que los hacen propios, y logras identificar a cada uno, lo cual también es mérito de los actores.

Pero sin duda alguna, quien se robó la atención del público fue Bill Skarsgård en su interpretación como Pennywise. Fueron su voz, sus gestos y su risa lo que hicieron que más de uno en la sala de cine trata de encogerse contra el asiento para alejarse lo más que podían de la pantalla. Era encantador, pero a la vez siniestro. No hacía falta que apareciera completamente en escena, con solo ver sus ojos y escuchar su voz hacía que se te erizara la piel. Tenía un carisma que hacía que no pudieras dejar de verlo por más que te estrujara los pulmones; los momentos en los que aparecía te sorprendían y te dejaban sin aire. De ahora en adelante, el Pennywise en el que vamos a pensar será el de este actor, y con toda la razón.

Si bien es cierto que hay muchos detalles del libro que se ignoraron o se cambiaron de plano, no se sintió una traición al material original dentro de la película. De hecho, sigue fielmente momentos que incluso se pensaron que no eran tan relevantes, o diálogos que aparecen tal cual como están escritos por Stephen King, y también cuenta la trama de una manera que hace que te quedes pegado al asiento, pensando en lo que pasará y en cómo lo resolverán los chicos, si es que pueden resolverlo.

En sí, la historia nunca se trató de superar los miedos propios, aunque muchos de los personajes consiguen enfrentarlos durante la película. Sin embargó, sí se enfocó en el trabajo en equipo y el compañerismo que mantienen estos niños los unos con los otros. A pesar del temor a la muerte, no piensan nunca en dejar a uno de ellos atrás, aunque muchas veces se ven tentado a ello, y eso es lo conmovedor de toda la historia, y la forma en la que lo refleja esta película es perfecta. Es una película de terror con una historia que no se olvida del desarrollo de sus personajes, y los desenvuelve durante el transcurso de las dos horas de la cinta.

Si quieres llorar, gritar, reírte y hacer todas esas a la vez, IT es la película que debes ver, y más sabiendo que el propio Stephen King la adoró. Con suerte, te encuentras a Pennywise esperando en la sala del cine.

ModoGeeks le otorga 10/10 globos rojos a IT. ¡Corre a verla!