Son cada vez más los programas cuya visión se enfoca en enseñar habilidades técnicas de alto nivel a los más pequeños de la casa a través de la ciencia y el juego, y en este particular, el aprendizaje en el área de la programación se perfila como uno de los más divertidos y productivos. Sony ahora quiere aventurarse en este campo y nos presenta Koov, para enseñarnos lo que pueden hacer con algo de programación y muchos bloquecitos de colores.

Cortesía Engadget

La idea principal con Koov, a nivel de hardware, es tomar una unidad central de procesamiento y, con ayuda de motores, sensores y bloques simples o con partes móviles, lograr conformar un robot que puede ser programado usando una aplicación. Las partes especiales, es decir, aquellas que conforman la parte inteligente del robot, tendrán un distintivo color blanco en relación a los demás bloques de la construcción, al igual que la batería para el dispositivo creado, que puede ser usada sin necesidad de añadir una unidad de procesamiento.

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Existirán dos paquetes especiales para Koov: un kit de inicio, con luces y sensores básicos para usar y por supuesto, un kit más avanzado con ruedas, acelerómetros y, no podía faltar, un separador de bloques, porque aquellos que usamos Robotix en algún momento sabemos lo dificil que era separar bloquecitos al terminar. Gracias, Sony.

En cuanto a la aplicación —que está disponible para iPad, Mac y Windows—, Koov toma una ruta bastante progresiva, buscando enseñar lo básico de lo básico en programación antes de empezar con la construcción de robots. Lo que Sony busca es que los niños, o todo aquel que haga uso de Koov, entienda el procedimiento de creación desde su base, para poder generar mejores respuestas lógicas durante el proceso. Las instrucciones para cada proyecto incluyen animaciones cortas que muestran donde va cada pieza, y modelos 3D que pueden ser rotados para una mejor visualización, además de lecciones más profundas sobre el uso de motores, cómo programar luces y sensores y cómo balancear los robots para que no tropiecen.

Para los códigos, usan la misma mecánica de bloques de código que hemos visto anteriormente en muchísimas aplicaciones de este tipo, en la que cada grupo de comandos está impreso en el bloque de forma que pueda ser ensamblado junto a otras piezas para generar conjuntos de instrucciones que el robot pueda cumplir. La idea es generar una vibra de comodidad y diversión a la hora de crear programas, que les dé a los niños una sensación de confianza respecto a las habilidades que están aplicando. Una vez estén completamente familiarizados con el entorno y las enseñanzas de Koov, los usuarios pueden hacer sus propias creaciones y publicarlas online, ya sea a través de fotos o videos de sus proyectos e interactuando con otros usuarios. Por supuesto, toda esta información, si es publicada por niños de 13 años, será monitoreada por adultos para asegurarse de que el contenido sea apropiado para niños.

Pero ¿¡dónde consigo un Koov para mí, ya!? Calma, por el momento solo está disponible en Japón, tierra de robots adorables, pero hay una campaña de Indiegogo que, de ser un éxito, ayudaría a que el programa esté disponible en tierras occidentales. En dicha campaña, los kits están en venta desde 300 dólares, con lo que Sony a través de Global Education espera poder avanzar mucho más en la parte educacional y formar a los ingenieros del futuro.

Fuente: Engadget