Es un mundo de superhéroes, nosotros sólo vivimos en él.

O algo así.

La premisa de Powerless, tal como fue transmitido el piloto esta semana, es sencilla: Emily Locke llega a Wayne Security, una empresa dedicada a crear productos para nosotros los simples mortales que nos vemos afectados por las acciones de superhéroes y supervillanos, con el optimista propósito de cambiar el mundo a su manera. Pero por supuesto que las cosas no son tan simples o dónde estaría la trama, ¿no?

Powerless se vende como una comedia de oficina (aunque no, no es The Office, y esperamos que no pretenda serlo) ambientada en una versión del universo DC que en cierta forma nos recuerda al universo de la serie de Batman de 1966 (que el mismísimo Adam West sea el narrador sólo cimienta esa sensación). Los héroes son parte vital de este mundo, pero son algo tan común que ya nadie ni siquiera pestañea cuando un vagón descarriado del subterráneo aterriza sobre un auto.

Tal vez sea en este empeño de normalizarlo todo donde la serie falla. No pierden tiempo explicándonos quiénes son Jack O’Lantern o Crimson Fox, no precisamente dos de los personajes más populares de DC Comics, pero tampoco nos explican mucho más. Por supuesto, en un episodio de 22 minutos no estoy esperando demasiada exposición, pero algo más de contexto no habría estado de sobra, en particular cuando elegiste un rincón bastante desconocido del universo como base del show.

El piloto estuvo cargado de referencias que llegaron a sentirse forzadas («Wayne or Lose», el libro de Emily; Marv Wolfman el presentador, la infaltable Big Belly Burger que hemos visto en The FlashArrow, la ventana de kriptonita, la competencia entre las empresas Wayne y Lexcorp, etc.), porque en verdad habría preferido cambiar un par de referencias por algo más de trama o desarrollo de personajes. Sí, es un primer episodio, no, no es necesario saber demasiado de los personajes todavía, y sin embargo, pudo ser mejor. Lo único que me quedó es que Emily es molestamente optimista, Van es un idiota y el resto de los empleados de Wayne Security son cínicos, crueles o cínicos crueles. Es una fórmula que ya se ha probado varias veces en televisión, y ha funcionado en ciertos casos o no, pero esperaba más que una simple fotocopia de la misma historia que ya he visto en tantas oportunidades -o un cambio entre morado y sangría.

Claro, también hubo cosas que apreciar, en particular que, siendo precisamente una comedia, se alejaran de los tonos oscuros de la mayoría de las series de superhéroes en televisión en este momento. Los superhéroes, dentro de toda su seriedad, también pueden tener momentos de humor, incluso Batman, y esa es una faceta de los cómics que no se traslada siempre en sus adaptaciones a otros medios, y le agradezco a Powerless no tomarse a los héroes ni villanos demasiado en serio.

De cualquier modo, estoy dispuesta a darle una oportunidad a esta serie por los próximos dos episodios, ya que es algo radical desechar un show completamente sólo por su piloto. Si no termina de engancharme, lamentablemente no ocuparé mi tiempo con la sede de Wayne Security en Charm City.

Pero como cada cabeza es un mundo, ¿ustedes ya vieron Powerless? ¿Qué les pareció el episodio piloto? ¿Tienen más esperanzas que yo para esta serie?