Para muchas personas, el mar es sinónimo de relajación y tranquilidad. Para Nancy (Blake Lively) el mar es surf. Para otros tal inmensidad es terrorífica.

Miedo Profundo (The Shallows) comienza presentándonos su argumento. Lo primero que vemos es a un niño jugando en una playa. Este niño consigue un casco con una cámara, en la que ve cómo el dueño de la cámara fue víctima de un ataque de tiburón.  Al mirar a un lado, ve una tabla de surf rota. El niño, horrorizado, sale corriendo a buscar ayuda. Todo muy oscuro.

En la siguiente escena, conocemos a Nancy, una chica de Texas que está de vacaciones en México. Es un hermoso día para ir a la playa y Nancy lo sabe. Todo muy luminoso.

Carlos, un lugareño, le da el aventón. De camino, Nancy revisa su celular y ve las fotos de su mamá, quien visitó esa playa en su juventud. Aunque el idioma es una barrera (Nancy habla poco español y Carlos habla poco inglés), logran comunicarse relativamente bien. Ella le confiesa que esa playa es un lugar muy importante para ella, aunque es la primera vez que va. Él le dice que se despegue del celular y disfrute del pasaje, antes de dejarla en la playa.

La playa es hermosa, hay buenas olas para surfear y buen clima. Incluso hay dos surfistas que le hacen compañía a nuestra protagonista. ¿Qué podría salir mal? Básicamente todo. Cuando los surfistas se van, Nancy se queda a esperar una última ola. En la distancia, flota el cadáver de una ballena y ella decide acercarse. Pero el cadáver también atrae a un tiburón. El tiburón muerde a Nancy y ella debe sobrevivir. ¿Les suena familiar?

La diferencia es que esta no es otra película de tiburones asesinos-mutantes-zombies-prehistóricos.

Miedo Profundo se diferencia de las películas de su estilo en muchos aspectos. A nivel narrativo, la película cuenta su historia con pocos personajes. Pocos pero son los necesarios. La playa termina siendo un personaje en sí misma, jugando en contra de Nancy. Incluso Steven, la gaviota que acompaña a la protagonista, tiene una importancia metafórica.

Es una película realista en su argumento y en su desarrollo. No es una playa con una historia de ataques de tiburones. No es un tiburón genéticamente modificado. Es un tiburón que quiere alimentarse y Nancy está sangrando en su territorio de caza. La protagonista no comete los errores típicos de una protagonista de película de terror. En pocas palabras, no es idiota. Nancy evalúa sus oportunidades, planifica sus acciones y las ejecuta muy bien, pese a estar mal herida. Y vaya que sale herida. Por suerte, esta protagonista es estudiante de medicina. El director Jaume Collet-Serra  también supo balancear muy bien el factor suerte (buena y mala) dentro de la película.

En el apartado visual, Miedo Profundo es un regalo para la vista. Y no lo digo solo por Blake Lively.

La fotografía es hermosa; realista y aterradora al mismo tiempo. El director hace buen uso de los fuera de cámara y los desenfoques para reforzar la conexión entre el espectador y la protagonista. El uso del CGI es preciso y moderado. El maquillaje es muy acorde con lo que está viviendo Nancy. Las heridas se ven muy reales, la sangre parece sangre y no sirope de fresa.

El soundtrack es excelente. La música logra meterte en el agua con tabla de surf incluida. Los efectos de sonido logran marcar dos ambientes distintos: fuera y dentro del agua.

A nivel actoral, Miedo Profundo es una película muy sólida. Lively logra transmitir su desespero y su dolor cada vez que se golpea o se corta. Su expresión corporal nos recuerda que está herida, principalmente cuando la vemos nadando. Las actuaciones secundarias son muy realistas. El par de surfistas se comporta como un par de surfistas. El papá preocupado actúa como tal. Incluso Steven Seagull (la gaviota) se comporta tan indiferente como una gaviota real.

Una actuación magistral de Steven

Miedo Profundo es una película de drama/terror/thriller muy recomendable, que puedes disfrutar antes de tu próximo viaje a la playa. No olvides llevar tu spray anti-tiburones.

Calificación: 8/10 gaviotas