Sam no iba a poder llegar hasta el final, eso lo sabíamos todos. Desde el último episodio antes del descanso de invierno, solo era cuestión de esperar por el regreso de The Walking Dead y sería todo para el más pequeño de los Anderson. Lo que no esperábamos es que se llevara con él a todo el resto de su familia y el ojo de nuestro Carl.
Así es, el chico colapsa entre chillidos, por lo que los walkers se vinieron sobre él más rápido que una bala y a Jessie le tocó ver cómo era despedazado a mordiscos. Con cada bocado le iban arrancando todas ganas de sobrevivir, y pronto ella también terminó siendo comida para zombi.
Sin embargo, Jessie se negaba a soltar a Carl y por esto, Rick debió cortar su mano, acompañado por un marco de flashbacks al estilo setentoso que hacían aún más insoportable, brutal y dramático el momento- como que si ver morir a tu novia comida por caminantes y tener que cortarle la mano para salvar la vida de tu hijo no fuera ya suficiente.
Y cómo no, Ron, sintió que era el momento perfecto para llevar a cabo la venganza contra Rick y Carl que tanto ha querido desde que comenzó la sexta temporada. Cuando está a punto de dispararle a Rick, Michonne lo atraviesa con su katana, pero el disparo viaja directo a la cara de Carl, destruyendo su visión y todo lo que se llama ojo – lo bueno es que sobrevive para lucir al mejor estilo pirata de parche en el ojo.
Por supuesto, todo esto no hubiera pasado si Jessie le hubiera ordenado a Sam refugiarse con Gabriel y Judith en la iglesia. Así que Alexandra Breckenridge nos cuenta cómo se siente haber tomado la peor decisión de su vida: «Si hubiera sido yo en esa situación, le habría dicho que tenía que hacer lo que yo le estaba diciendo que hiciera,» comenta la actriz. «Ella en verdad tenía una debilidad por él, supongo.»
Por su parte, el director Greg Nicotero cuenta que lo difícil de la escena fueron los tiempos de rodaje. Como solo se podía grabar en la noche y estaban en el mes de agosto donde éstas pasan más rápido, no lograban tener jornadas de 12 horas seguidas, así que debían esforzarse mucho para grabar las escenas y después unirlas con aquellas grabadas dentro de las casas. Sin contar que tenían manejar a miles de walkers al mismo tiempo y todo para solo 18 segundos de episodio.
«Para mí, el desafío real aquí era causar un impacto cuando mordieran a Sam. No quería usar sangre CG. No quería poner una prótesis en la cabeza del actor [Major Dodson]. Así que lo solucionamos haciendo dentaduras que tenían tubos de sangre adheridos, y para simular el efecto de los dientes hundiéndose en la piel cuando el walker mordiera su cabeza, utilizamos dientes semi-blandos. Y entonces bombeamos sangre a través de los tubos a uno de los lados de la cara de los zombis, escondidos dentro de las prótesis, muy parecido al mecanismo de El Exorcista.»
En los comics, el culpable de que Carl perdiera un ojo cual pirata no era Ron, si no más bien Douglas Monroe, por lo que Robert Kirkman explica: «Ese es realmente un muy buen ejemplo de los cambios que me emocionan. Douglas, que se convierte en Deanna en el programa, siendo comido por zombies y de hecho disparando su arma dándole a Carl es genial y todo, pero que fuera Ron, que fuera por esta cosa elevada que hemos estado construyendo durante toda la temporada -esta cosa de venganza que tiene con Rick y Carl- para mí es un gran ejemplo de cómo [Scott Gimple] y el equipo, y yo mismo en menor grado, son capaces de aumentar las cosas y en verdad hacer encajar tramas geniales en cosas que se sienten aún más geniales.»
«La dinámica entre Ron y Carl era algo que queríamos aprovechar y explorar. Enid fue una parte muy importante. Pero sí nos inspiramos en los comics,» agrega Scott Gimple.
Y al parecer esto será algo que no solo marcará la cara y el look de Carl –cuyo actor no podrá cortarse el cabello y tendrá que sentarse en la silla de efectos de maquillaje para la reconstrucción de su recién adquirida cicatriz cada mañana-, sino que también marcará su personalidad: Carl cambiará a partir de este episodio.
Para lograr la grandiosa escena del lago en llamas que atrae a todos los walkers cual luciérnagas hacia la luz, limpiando así las calles de Alexandria, Nicotero cuenta que probaron incendiar el lago al menos unas 14 veces. «90% de eso [las explosiones] fueron tanques de propano y explosivos sumergidos en lago,» explica Nicotero. «Para tener la escena de los zombies haciendo contacto con el agua y caminando hacia el interior, filmamos eso en el lago en el estudio. Terminaron poniendo combustible en el lago, y teníamos seis actores de escenas de riesgo vestidos con trajes antifuego y máscaras de silicona y gel.»
Lo bueno es que al final todos los vecinos de Alexandria salen a pelear junto a Rick y su grupo para limpiar las calles de la ciudad y le demuestran que sí hay una oportunidad para todos ellos, que pueden ser una familia juntos, y que los planes de Deanna de reconstruir la ciudad y sacarla adelante podrían volverse realidad. De hecho, la escena en la que los personajes aparecen en tomas cortas cortando cabezas de walkers hasta que parecen volverse uno solo, es una representación gráfica del nuevo despertar de Alexandria.
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