ADVERTENCIA DE SPOILERS
El asesino de los diez mandamientos y la institutriz vampiro
El asesino de los diez mandamientos había “hecho cumplir la palabra de Dios” una vez más, al asesinar y arrancar las orejas de aquellos quienes adorasen a otros dioses, una adquisición más para la repisa de los trofeos de este retorcido asesino serial. Uno más y por fin será libre…
Mas John, aparte de coleccionar pequeños recuerdos de sus víctimas, al parecer como que también colecciona aventuras entre sábanas, pues no bastándole con el afecto de Sally, sus ganas de recuperar a Alex se renuevan.
Como el verdadero amor tiene un precio, para volver a estar juntos, John debería deshacerse del montón de niños vampiros que Alex había creado por equivocación, inconveniente que La Condesa le había pedido resolviera inmediatamente. Así que ambos los llevan engañados al Cortez y los encierran en el pasillo sin salida, donde los esperan el cadáver del pobre Drake y una Ramona aún hambrienta.
Por fin, habiéndose deshecho del preadolescente grupo de obstáculos, John y Alex tienen una pequeña sesión entre sábanas, seguida de una huida romántica junto al pequeño Holden- Por supuesto, Scarlett nunca ha formado, ni formará, parte del feliz cuadro familiar.
Todo esto, por supuesto, adornado con los gritos de locura, los improperios llenos de ira y las lágrimas de resentimiento y rechazo de la pobre Sally, que ha sido solo un entretenimiento extramarital y que es abandonada, una vez más, a su infierno personal dentro de los pasillos del Cortez – Sin duda alguna, una de las pocas escenas rescatables de la temporada que han mantenido a la serie en su acostumbrado lugar de honor en el ránking de la audiencia.
Drake logra escapar del pasillo sin salida
Aunque el cuerpo de Drake yace sin vida en el pasillo sin salida en el que Gaga lo encerrara para deshacerse de él y quedarse con toda la herencia, esto no impidió que lograra escapar justo a tiempo de frustrar los planes de La Condesa de declararlo desaparecido frente a la policía.
Otro difunto esposo de Gaga que aún deambulará por los pasillos del hotel…
De cómo Finn Wittrock muere otra vez
Mientras Gaga se deshace de la otra amante de Valentino, planeando tenerlo solo para ella, en un giro irónico de la mano de Murphy, Donovan, el amante de Gaga, asesina a Valentino para tener a La Condesa solo para él. Y así es como el equipo de American Horror Story se deshace de Finn Wittrock en unos pocos episodios y por segunda vez en la historia, como si de un extra se tratara.
Si esto pudiera indicar que Gaga tomaría venganza sobre Donovan por arrebatarle a su reencontrado amor, la relación entre estos dos convertidos es demasiado retorcida y obsesiva para darle cabida a un razonamiento de sucesos lógico y ambos terminan abrazados, a solo unos centímetros de un beso de pasión.
Salida por la puerta grande
Liz había perdido a su verdadero amor en manos de La Condesa y ahora se preguntaba si volvería a ser feliz en un mundo que ya pintaba de monotonía y sábanas manchadas de sangre. Pensamiento que comienza a atormentarla después de que viera cómo una pareja de ancianos, que solo conocen el amor del otro, acuden a las instalaciones del hotel, como una de tantas almas en pena a encontrar el fin de sus días, para abandonar juntos un romance, que desde que una de sus mitades enfermara mortalmente de cáncer, no se sentía igual.
Sin duda, había llegado la hora de abandonar el Cortez, antes de que La Condesa por fin se cansara de ella y la matara como a todos los demás. Pero, como bien se lo recordó su compañera de suicidio Iris, si dejaba algún asunto pendiente antes de morir, se quedaría atascada en los pasillos del hotel como los demás espíritus errantes del Cortez. Y si había un asunto por resolver, era hora de volver a reunirse con el hijo que abandonó por más de 30 años para poder vivir en la piel de Liz.
Lo bueno es que para este hermoso personaje, que es sin duda uno de los más grandes aciertos de Murphy en la historia de American Horror Story, el encuentro tuvo un final feliz. Su hijo le demuestra que aún queda felicidad en el mundo cuando le dice “Todavía hay un lugar en mi vida para otra mujer.” Al parecer, Iris se había quedado sola en el barco…
Mas en un vuelco de historia demasiado rápido para dejarnos asimilarlo, Liz e Iris deciden dejar el hotel por la puerta grande y en un último acto de rebelión, entran a la habitación de La Condesa, interrumpiendo su cena romántica con Donovan y con una pistola en cada mano, les disparan una y otra, y otra vez…
